Tema de Portada

Momentos de mi vida en que descubrí a Don Bosco:

1. En mi niñez, pues en la Iglesia de mi pueblo natal estaba la imagen de Don Bosco con dos niños, y eso nos atraía a los estudiantes. Al salir de la escuela, casi siempre pasábamos por Iglesia y nos acercábamos a la imagen de Don Bosco para pedirle que nos ayudara en los estudios.

2. Mi papá estudió en una casa salesiana y su estilo de educarnos fue el sistema preventivo, pues al conocerlo ahora adulta (Sistema Preventivo) me he dado cuenta que este era su estilo de educarnos. Siempre nos llevaba a la procesión de Don Bosco. No nos hablaba de Don Bosco, pero su testimonio y el gesto de llevarnos a la procesión fue su mayor enseñanza.

El acompañamiento se basa en la presencia del educador entre los jóvenes .::. Foto:C. GaitánEl hombre es parte de una red de relaciones, no opcionales o secundarias, entre ellas la que tiene con las otras personas, que es inmediatamente evidente y ocupa un puesto privilegiado.

Lo primero que la persona percibe no es el yo con sus potencialidades, sino la interdependencia con los otros que requieren ser aceptados en su realidad objetiva y reconocidos en su dignidad.

En esta óptica la responsabilidad aparece como capacidad de percibir signos que proceden de los otros y darles respuestas. Se trata de una llamada ética porque lleva consigo exigencias de responsabilidad y de compromiso. El hombre se despierta a la existencia personal cuando los otros dejan de ser vistos sólo como medios de los que servirse.

tmexalumvenancioA Don Bosco lo conocí cuando ingresé al Colegio Salesiano Don Bosco. Tenía 8 años y me quedaba fascinado viendo las diapositivas de la CCS sobre su vida, la cual admiraba mucho. También admiraba el testimonio de sencillez, amabilidad, amistad y fiel cumplimiento de los deberes de los salesianos de esa época. Quería ser como ellos.


Al final de mis estudios en el colegio y después de un buen tiempo de discernimiento sobre ser laico o no, opté por estudiar medicina (que me gusta muchísimo) e ingresé a la Asociación de Exalumnos.

Allí comenzó mi trabajo activo para ayudar a otros exalumnos a hacer fructificar la educación recibida. En el año 2000 fui invitado a trabajar por los jóvenes en los “Talleres de Varones” de Parroquia La Divina Providencia (actualmente “Centro de Formación Profesional Bartolomé Ambrosio”, a cargo de los Exalumnos).

La vida se despliega como don, llamada y proyecto .::. Foto: O. BennethLa tendencia asociativa, la vida de grupo, la inspiración comunitaria fue una experiencia casi espontánea en la vida de Don Bosco. El asociacionismo juvenil es, por tanto, una exigencia indispensable en la propuesta educativa querida por Don Bosco.

Don Bosco estaba convencido de que un tanto por ciento elevado de los jóvenes que el Señor envía a nuestras casas tiene disposiciones favorables para seguir, si se les motiva y acompaña convenientemente, una vocación de compromiso especial.

Nuestros jóvenes, sobre todo los jóvenes animadores, tienen el derecho de recibir de nosotros un estímulo que los lleva a pensar en su vida y en su compromiso en clave vocacional; en su acompañamiento personal debemos proponer con claridad el interrogante vocacional y animar su respuesta generosa.

tmadmacarmenDescubrí a Don Bosco y a María Auxiliadora en los años 70’s y 80’s, cuando nacieron mis dos primeros hijos. Fue cuando le pedí a Dios que me diera la oportunidad  de inscribirlos en colegios salesianos  por la calidad que educación académica y espiritual de estos centros; ese deseo fue concedido también con mis otros dos hijos.


Fue mi oportunidad para ayudar en la Escuela de Padres del Instituto Salesiano San Miguel y en el oratorio del Instituto María Auxiliadora. Más tarde me integré como personal docente del colegio salesiano, estrechando más mis vínculos con la comunidad salesiana.

Mis hijos desde pequeños han pertenecido al movimiento juvenil salesiano. En 1977 fundamos el grupo EPAE, formado por padres de familia de alumnos salesianos. En el 2006 18 personas fundamos ADMA en Honduras, de la que soy presidenta desde hace cuatro años.

tmhncristinacaalCuando entré a la pequeña comunidad de las Hermanas de la Resurrección me llamó la atención el trabajo pastoral que hacían en las comunidades rurales, preparando a los niños misioneros, los jóvenes misioneros, la pastoral juvenil y los matrimonios jóvenes para salvar sus vidas para Dios. No solo se preocupaban de mostrarles la vida espiritual, sino también de ayudar a los hermanos a progresar en la vida diaria en cuanto a la agricultura, la pecuaria, y así salir de su pobreza.

Además pude apreciar la dedicación de las hermanas por servir a sus hermanos indígenas mediante la alegría según la vida y la acción de san Juan Bosco. Lo que les encantaba a los jóvenes en sus cursillos era el programa radial, los numerosos folletos, las vidas de santos, los abundantes cantos, dinámicas, teatros, etc que se utilizaban para reunir y sensibilizar a lo jóvenes y niños.