tmhncristinacaal Cuando entré a la pequeña comunidad de las Hermanas de la Resurrección me llamó la atención el trabajo pastoral que hacían en las comunidades rurales, preparando a los niños misioneros, los jóvenes misioneros, la pastoral juvenil y los matrimonios jóvenes para salvar sus vidas para Dios. No solo se preocupaban de mostrarles la vida espiritual, sino también de ayudar a los hermanos a progresar en la vida diaria en cuanto a la agricultura, la pecuaria, y así salir de su pobreza.

Además pude apreciar la dedicación de las hermanas por servir a sus hermanos indígenas mediante la alegría según la vida y la acción de san Juan Bosco. Lo que les encantaba a los jóvenes en sus cursillos era el programa radial, los numerosos folletos, las vidas de santos, los abundantes cantos, dinámicas, teatros, etc que se utilizaban para reunir y sensibilizar a lo jóvenes y niños.


Por eso es que poco a poco me fui dando cuenta de que podía consagrar mi vida a Dios para servir a mis hermanos indígenas. En esto me ayudó mucho la Palabra de Dios en san Mateo 4,19: “Síganme y los haré pescadores de hombres”. Ese era el mensaje de los Salesianos que motivó el surgimiento de la fe de nosotros los habitantes de Verapaz y nuestra espiritualidad según el corazón de Don Bosco.

Hermana María Cristina Cu Caal, religiosa de la congregación indígena Hermanas de la Resurrección, en Alta Verapaz, Guatemala. Actualmente se desempeña como maestra de novicias.

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