Blog El Padre Luis dice

En comunión con la Iglesia descubrimos la verdad plena de Cristo.Frente a las diversas interpretaciones que se dan hoy en la sociedad con respecto a Jesucristo, nosotros los católicos debemos tener certezas.

Hay que decir en primer término que la fuente originaria y viva de nuestro conocimiento de Cristo es, y algunos les parecerá extraño, es la Iglesia viva. Repito, con otras palabras, la fuente originaria y viva de nuestro conocimiento de Cristo es la predicación de los Apóstoles. Fuera de la Iglesia, la persona de Cristo siempre será una conjetura. En la palabra de la Iglesia es donde está viva la palabra verdadera de Cristo, la palabra del verdadero Jesucristo.

La Biblia y la Tradición caminan juntas bajo la luz del Espíritu Santo.Un buen cristiano, el cuál de pentecostal paso a la Iglesia Católica, recientemente ha explicado por qué ha regresado de nuevo al protestantismo. Todo se resume en la frase: 'Solo la Biblia contiene la revelación o palabra de Dios'.

La misericordia es un regalo, no una excusa para pecar. / Fotografía por: bialasiewiczEn el paraíso terrenal todo estaba en orden, equilibrio y bonanza. El ser humano creado a imagen y semejanza de Dios: con inteligencia, libertad, capacidad para amar y para relacionarse tú a tú con Dios.

Vives corriendo el reloj… pero, ¿cuándo fue la última vez que paraste a escucharte?Hagamos un alto en el camino. Tratemos de olvidar otras preocupaciones y concentrémonos en la propia vida, para detectar problemas y buscar soluciones.
La vida moderna es prisas y no deja tiempo al sosiego. Aun cuando decimos que vamos de vacaciones, nos llenamos de prisas y cachivaches electrónicos.

Porque amar bien, también es aprender a decir no.Los medios de comunicación suelen transmitir la idea equivocada de que la Iglesia Católica está llena de prohibiciones: ‘No hagas esto, no hagas aquello’. Todo parece estar prohibido y eso produce alergia y aleja a las personas.

Un corazón que ama, llora y perdona… hasta la cruz. / Fotografía: Pablo SantiagoVamos a repasar algunos pasajes evangélicos en los que nuestro Señor manifiesta de modo directo la vida de su Sagrado Corazón.