La vida se despliega como don, llamada y proyecto .::. Foto: O. BennethLa tendencia asociativa, la vida de grupo, la inspiración comunitaria fue una experiencia casi espontánea en la vida de Don Bosco. El asociacionismo juvenil es, por tanto, una exigencia indispensable en la propuesta educativa querida por Don Bosco.

Don Bosco estaba convencido de que un tanto por ciento elevado de los jóvenes que el Señor envía a nuestras casas tiene disposiciones favorables para seguir, si se les motiva y acompaña convenientemente, una vocación de compromiso especial.

Nuestros jóvenes, sobre todo los jóvenes animadores, tienen el derecho de recibir de nosotros un estímulo que los lleva a pensar en su vida y en su compromiso en clave vocacional; en su acompañamiento personal debemos proponer con claridad el interrogante vocacional y animar su respuesta generosa.

tmadmacarmenDescubrí a Don Bosco y a María Auxiliadora en los años 70’s y 80’s, cuando nacieron mis dos primeros hijos. Fue cuando le pedí a Dios que me diera la oportunidad  de inscribirlos en colegios salesianos  por la calidad que educación académica y espiritual de estos centros; ese deseo fue concedido también con mis otros dos hijos.


Fue mi oportunidad para ayudar en la Escuela de Padres del Instituto Salesiano San Miguel y en el oratorio del Instituto María Auxiliadora. Más tarde me integré como personal docente del colegio salesiano, estrechando más mis vínculos con la comunidad salesiana.

Mis hijos desde pequeños han pertenecido al movimiento juvenil salesiano. En 1977 fundamos el grupo EPAE, formado por padres de familia de alumnos salesianos. En el 2006 18 personas fundamos ADMA en Honduras, de la que soy presidenta desde hace cuatro años.

tmhncristinacaalCuando entré a la pequeña comunidad de las Hermanas de la Resurrección me llamó la atención el trabajo pastoral que hacían en las comunidades rurales, preparando a los niños misioneros, los jóvenes misioneros, la pastoral juvenil y los matrimonios jóvenes para salvar sus vidas para Dios. No solo se preocupaban de mostrarles la vida espiritual, sino también de ayudar a los hermanos a progresar en la vida diaria en cuanto a la agricultura, la pecuaria, y así salir de su pobreza.

Además pude apreciar la dedicación de las hermanas por servir a sus hermanos indígenas mediante la alegría según la vida y la acción de san Juan Bosco. Lo que les encantaba a los jóvenes en sus cursillos era el programa radial, los numerosos folletos, las vidas de santos, los abundantes cantos, dinámicas, teatros, etc que se utilizaban para reunir y sensibilizar a lo jóvenes y niños.

La vida cristiana es una relación personal de amistad .::. Foto: J. RivasEvangelización y vocación son dos elementos inseparables. Más aún, criterio de autenticidad de una buena evangelización es su capacidad de suscitar vocaciones, de madurar proyectos de vida evangélica, de implicar totalmente a la persona de los que son evangelizados, hasta hacerlos discípulos y apóstoles.

Un dato histórico de la vida de Jesús, confirmado por los cuatro evangelistas, es que, desde el comienzo de su actividad evangelizadora (cf. Mc 1,14-15), Jesús llamó a algunos a seguirlo (cf. Mc 1,16-20; Mt 4,18-19; Lc 5,10-11; Jn 1,35-39). Estos primeros discípulos suyos se convirtieron de ese modo en «compañeros todo el tiempo que el Señor Jesús convivió con nosotros, a partir del bautismo de Juan hasta el día en que nos fue llevado» (Hch 1,21-22).

presentacionLos salesianos de mayor edad recordamos con nostalgia aquellos viejos tiempos en que “éramos muchos”. Las casas de formación estaban llenas. Los candidatos acudían a tocar la puerta.

De repente comenzó la era del hielo. Los números se reducían sensiblemente. La alarma empezó a sonar. Los candidatos aparecían a cuentagotas. La opción vocacional era quebradiza y los entusiasmos iniciales se apagaban con facilidad. Un desaliento comenzó a cundir. ¿Éramos una especie en vías de extinción? ¿Qué estrategias había que diseñar para sobrevivir?

tmxquesevan2La inmigración es un tema triste, dado el dolor que provoca en millones de seres humanos necesitados. Pero quedarse con esta visión corta puede dar lugar al cinismo, la resignación y la desesperanza.


La palabra "utopía" se entiende comúnmente como una ilusión agradable, pero imposible de alcanzar, algo así como soñar despierto. Sin embargo, hay otro modo de entender la utopía. Esta se refiere al polo de atracción que genera un dinamismo que impele a superar la situación actual buscando construir una nueva realidad. Otro mundo es posible. Tarea nunca terminada, pero que, en lugar de defraudar, estimula a caminar en esperanza.

Pronto  comienzan  a experimentar la amargura  de sentirse  no aceptados. Foto EDHJesús narra aquella simpática parábola de la viejita pobre que acude al juez malvado para que la defienda. El juez no está para perder el tiempo con esas pequeñeces y la ignora. Pero la viejita, con la insistencia propia de los más pobres, le tuerce el brazo al juez. Este, para quitársela de encima, termina por atenderla.

Ojalá hubiera en nuestros tiempos un final tan feliz como el de la parábola. Pero no. A los millones de inmigrantes que tocan a la puerta de los países ricos no los sostiene la esperanza de la viejita de la parábola. La puerta está bien trancada. Y si se colaron por algún falso portillo, se desata la cacería. Hay que echarlos fuera porque cometieron el delito de llegar a trabajar.