Más noticiasNoticias

Costa Rica: El MJS celebró el Día de la Juventud Salesiana

13 May 2024
Pérez Zeledón, mayo 2024. – Los jóvenes del Movimiento Juvenil Salesiano (MJS) de Costa Rica se reunieron el sábado 4 de ...

Guatemala: Consejo Inspectorial visito Centro Don Bosco

13 May 2024
San Pedro Carchá, mayo de 2024. El Consejo Inspectorial de los Salesianos de Centroamérica efectuó una visita programada del 7 al 9 de...

Guatemala: Celebrando a las mamás de Casa inspectorial

13 May 2024
Ciudad de Guatemala, mayo 2024. - La mañana del jueves 09 de mayo, todos los colaboradores se reunieron en los jardines de Casa Inspectorial para ag...

El Salvador: Desayuno Católico en apoyo al Programa Becas Padre Alfonso Evertsz en Santa Ana

08 May 2024
Santa Ana, mayo 2024. - FUSALMO celebró con éxito su esperado Desayuno Católico. El evento se llevó a cabo a beneficio del prog...

FamiliaSalesianabuttonMisionesBotonSantidadSalesianaBannerCDBBUtton

Jesús soy todo tuyo... Hola, me llamo Josué pero todos me llaman Yoshi. Yo siempre me he considerado un joven normal. Inquieto y extrovertido. Me gusta meter la nariz en todo. Soy soñador, emprendedor y tengo un enorme deseo de entregarme a Dios por completo. Pocas veces estoy triste, o al menos no lo demuestro. Me gusta enriquecer la vida de los demás con una sonrisa y contagiar alegría, aunque debo reconocer que con mis padres a veces he sido un poco rebelde.

Me encanta estar con mis amigos. En ocasiones, cuando llego a casa de alguno de ellos, paso muchas horas platicando, comiendo, tocando guitarra, jugando video juegos y a veces se me hace tardísimo, de manera que me invitan a pasar la noche con ellos. El problema es cuando llamo a casa para avisar que no llegaré a dormir porque, como se imaginarán, mi papá se pone muy enojado y me da un gran sermón.

Pertenezco a una comunidad juvenil de mi Parroquia y con frecuencia realizamos actividades de preparación para Retiros de iniciación cristiana. Recuerdo que nos encontrábamos delante de Jesús Sacramentado cuando el coordinador de la actividad nos invitó a rezar en voz alta, que libremente le dijéramos a Jesús lo que quisiéramos. Inmediatamente yo rompí el silencio y desde lo más hondo de mi corazón empecé a gritar: “Jesús, escógeme a mí. Aquí… aquí estoy. Vuelve tus ojos hacia mí. Yo quiero ser todo tuyo. Hay muchos a los que Tú llamas pero no quieren seguirte. En cambio yo no seré sordo a tu voz. Yo quiero ser un hijo elegido tuyo. Mírame a mí, Jesús, mírame a mí.”

El coordinador de la actividad se acercó a mí y me dijo que no gritara, que Jesús me escuchaba, mientras todos se lanzaban miradas como diciendo: “Yoshi está loco”, y creo que tenían razón, estoy loco… pero loco por Dios.

Siempre me ha sorprendido el estilo de vida de la gente que se dedica a las cosas de Dios, por lo que decidí hablar con uno de los coordinadores de mi comunidad para preguntarle si le gustaba su misión. Su respuesta era lo que esperaba oír porque me respondió que sí, que lo hacía sentir feliz y que era lo mejor que le había pasado porque se podía dedicar a tiempo completo a las cosas de Dios dando retiros, charlas, animando momentos de oración o cantando cantos para Dios.

Mientras él hablaba sus palabras me emocionaron tanto que sin dudarlo le dije: “Yo quiero ser como vos. Voy a renunciar a mi trabajo y me dedicaré a tiempo completo a construir el Reino de Dios.” Pero él me dijo que me tranquilizara, que hablara con mis papás ya que había un tiempo para cada cosa y que fuera despacio porque no era un camino fácil, había que negarse a muchas cosas y que no tenía que ser como él sino mejor. Poco tiempo después volví a hablar con él y con una gran sonrisa en los labios le dije: “Lo hice. Renuncié a mi trabajo. Ahora ya puedo ser todo de Dios.”

En una ocasión, un sacerdote amigo nos invitó a su Parroquia ubicada en el interior del país. Decidimos ir 5 de la comunidad como voluntarios. Finalmente el hecho de dedicarme sólo a Dios empezaba a hacerse realidad. Me sentía feliz de poder ir a la misión, porque me sentía útil para los demás. Eso es algo que aprendí de mi papá a quien siempre he admirado. Él es mi héroe y mi ejemplo a seguir ya que trabaja como bombero voluntario y de madrugada siempre lo veo estudiando para cualificarse y hacer mejor su trabajo.

Al volver a nuestra Parroquia compartimos con todos los demás miembros de mi comunidad todo lo que habíamos vivido durante todos esos días. En muchos jóvenes de los que nos oyeron se despertó el deseo de dar su tiempo y sus cualidades en este tipo de experiencia.

De repente veo a un joven del grupo que se acerca y me pregunta: “Yoshi ¿Cómo quisieras que te recordaran cuando ya no estés en este mundo?” a lo que sin dudar respondí: “siempre alegre, con mi guitarra en las manos y la Palabra de Dios en mis labios”.

Poco tiempo después participé también como voluntario en la experiencia misionera para la Semana Santa en Petén, Guatemala. Al volver a casa sucedió algo terrible. El autobús en el que viajábamos tuvo un accidente. Todos sobrevivieron. El único que murió fui yo. Pero incluso allí, a la hora de mi muerte, todo fue especial porque yo iba dormido, no sentí nada, y cuando desperté estaba en los brazos de mi amado Jesús.

Fue entonces cuando supe que Dios había oído mis gritos: “Jesús, aquí. Mírame a mí. Quiero ser un hijo elegido tuyo. Vuelve tus ojos hacia mí. Yo quiero ser todo tuyo.”

Compartir