Queridos lectores:

En esta edición, nuestro boletín se centra en el vasto y multifacético tema del amor y las relaciones. Desde la comprensión teológica y fifilosófifica hasta las aplicaciones prácticas en nuestras interacciones diarias, exploramos cómo el amor opera como un poderoso catalizador para el cambio personal.

La reciente publicación de la Congregación Salesiana: “Una pastoral juvenil que educa para amar”, nos recuerda que Don Bosco optó conscientemente por implicarse directamente en la vida y en las situaciones físicas, emocionales, mentales y espirituales de sus muchachos. Muchas de sus historias de abandono y soledad escondían situaciones complejas que él mismo ayudaba a iluminar y orientar. La atención a la dimensión afectiva estaba constantemente contemplada en su Sistema Preventivo. Por eso los diversos artículos quieren profundizar algunos aspectos de esta dimensión fundamental.

El Padre Luis Corral nos abre una ventana a la reflflexión sobre las diferencias entre enamoramiento y amor verdadero, planteando que mientras el primero puede ser fugaz, el segundo es un compromiso duradero que trasciende el mero afecto emocional. Esta enseñanza es vital para apreciar la profundidad del amor que la doctrina católica espera en el matrimonio y las relaciones familiares.

Por otro lado, retomamos los consejos de Gary Chapman que nos introduce en los cinco lenguajes del amor, una herramienta esencial para entender y mejorar la manera en que mostramos afecto. Identifificar y practicar nuestro lenguaje del amor primordial no solo enriquece nuestras relaciones personales sino que también fortalece la capacidad de empatía y conexión.

Además, en nuestra nueva sección: “Casa que acoge”, destacamos la labor del Centro Salesiano Santo Domingo Savio, en Cartago, Costa Rica que ejemplififica el amor en acción. Su compromiso continuo con los jóvenes y las familias no solo forma individuos sino que también construye una comunidad más fuerte y cohesionada.

La persona no se limita a “tener” relaciones, sino que, a imagen del Dios uno y trino, “es” relación. Desde el punto de vista antropológico, sin vínculos sociales, emotivos e interpersonales, el desarrollo de la persona como tal es incompleto e inadecuado. El amor es el corazón y lo que permite la relación entre las personas. En tiempos de relaciones efímeras y amores idealizados, es crucial reconocer y revalorizar el amor como un compromiso y una elección consciente hacia el bienestar mutuo. Este es el mensaje que queremos alentar e impulsar.

Con afecto y esperanza:

P. Julio Navarro, SDB
INSPECTOR CAM