La mujer embellece el mundo, es la que lo custodia y mantiene con vida - Papa Francisco. Actualmente grupos de feministas buscan la despenalización del aborto en varios países por eso es importante recordar a siete mujeres precursoras del feminismo que, además de trabajar por los derechos civiles y políticos de las mujeres, se pronunciaron también a favor de la vida y en contra del aborto.

1. Elizabeth Cady Stanton
Elizabeth Cady Stanton luchó por los derechos de las mujeres durante más de seis décadas. Fue una activista del abolicionismo de la esclavitud, pero luego se frustró debido al fracaso del movimiento antiesclavista de incluir a las mujeres como iguales.
De su descontento, y el de otras feministas de la época, surgió la “Declaración de Seneca Falls”, el texto fundacional del sufragismo estadounidense y del feminismo organizado en los Estados Unidos.
Stanton fue redactora del diario La Revolución, profesora itinerante, líder de la Asociación Nacional del Sufragio Femenino y madre de siete hijos.

2. Sarah F. Norton
Sarah Norton fue una conferencista conocida por su activismo a favor de la admisión de mujeres en la Universidad de Cornell. Fue colaboradora de La Revolución y otras publicaciones feministas.
En su artículo “Tragedia – Social y Doméstica” abordó el caso de una mujer que murió después de que su pareja le dio veneno para abortar a su hijo.

3. Victoria Woodhull
Victoria Woodhull fue la primera mujer en declarar su candidatura a la presidencia en 1870 como una manera de aumentar la conciencia a favor del sufragio de las mujeres.
Woodhull y su hermana iniciaron su propio periódico feminista en el que apareció un artículo titulado “The Slaughter of Innocents” escrito conjuntamente por ambas hermanas.
En un fragmento indica lo siguiente: “Las esposas deliberadamente se permiten quedar embarazadas de niños y luego, para evitar convertirse en madres, deliberadamente los asesinan cuando aún están en sus úteros. ¿Puede haber una condición más desmoralizada que ésta? Somos conscientes de que muchas mujeres intentan excusarse por practicarse abortos sobre la base de que no es un asesinato. Pero el hecho de recurrir a un argumento tan débil solo demuestra más palpablemente que se dan cuenta de la enormidad del crimen”.

4. Dra. Elizabeth Blackwell
La Dra. Elizabeth Blackwell fue la primera mujer en obtener un título médico. Fue activa en el movimiento del sufragio y el abolicionismo. Aquí ella describe al bebé por nacer y por qué debe ser protegido:
“Mira el primer destello de la vida, la vida del embrión, el comienzo de la existencia humana. Vemos una célula pequeña, tan pequeña que puede ser fácilmente olvidada. Es una célula viva; contiene un poder de crecimiento progresivo, conforme a las leyes, según un tipo definido, que solo podemos contemplar con reverente admiración”.

5. Dra. Charlotte Lozier
La doctora Lozier fue otra de las primeras doctoras en Estados Unidos. Fue activa en la lucha por la igualdad de derechos.
En ‘La Revolución’ se publicó un artículo sobre lo que sucedió cuando un hombre le pidió realizar un aborto ilegal a su acompañante: “(La Dra.) Le aseguró que había llegado al lugar equivocado para realizar este acto vergonzoso, repugnante, antinatural e ilegal. Le ofreció a la joven cualquier tipo de ayuda, y le advirtió y aconsejó en contra del acto temeroso que ella y su acompañante (a quien ella llamó su primo) propuso”.

6. Susan B. Anthony
El periódico de Susan B. Anthony, ‘La Revolución’, publicó una serie de editoriales en contra del aborto durante el tiempo que estuvo en circulación, de 1868 a 1872. Inclusive se negó publicar anuncios abortivos, a pesar de que muchos periódicos y publicaciones lo hicieron para lucrar.
Algunos académicos le acreditan a Anthony uno de los artículos provida más poderosos jamás aparecidos en La Revolución, aunque solo fuera publicado con su inicial y fuera motivo de suspicacia.
El artículo, titulado "Asesinato Infantil", decía lo siguiente: “¿Culpable? Sí, no importa cuál sea el motivo, el amor a lo fácil, o el deseo de salvar del ‘sufrimiento’ al inocente no nacido, la mujer es terriblemente culpable al cometer el hecho. ¡Pero oh! Tres veces culpable es el que, por gratificación egoísta, sin prestar atención a las oraciones de la mujer e indiferente a su destino, la llevó a la desesperación que la impulsa al crimen”.

 

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