papapq7Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, que seamos sus discípulos, que «juguemos en su equipo». ¿Qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte de un equipo? Tiene que entrenarse y entrenarse mucho. Así es nuestra vida de discípulos del Señor. 

Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo; Jesús nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, allá en la vida eterna. Pero nos pide que paguemos la entrada.

papa8Jesús nos dice que las simientes que cayeron al borde del camino, o entre las piedras y en medio de espinas, no dieron fruto. Creo que con honestidad podemos hacernos la pregunta: ¿Qué clase de terreno somos, qué clase de terreno queremos ser? 

Quizás a veces somos como el camino: escuchamos al Señor, pero no cambia nada en nuestra vida, porque nos dejamos atontar por tantos reclamos superficiales que escuchamos. Yo les pregunto: ¿Yo soy un joven, una joven, atontado? 

papa9La responsabilidad social requiere un cierto tipo de paradigma cultural y, en consecuencia, de la política. Somos responsables de la formación de las nuevas generaciones, ayudarlas a ser capaces en la economía y la política, y firmes en los valores éticos. 

El futuro exige hoy la tarea de rehabilitar la política, que es una de las formas más altas de la caridad. 

papa10El resultado del trabajo pastoral no se basa en la riqueza de los recursos, sino en la creatividad del amor. Ciertamente es necesaria la tenacidad, el esfuerzo, el trabajo, la planificación, la organización, pero hay que saber ante todo que la fuerza de la Iglesia no reside en sí misma, sino que está escondida en las aguas profundas de Dios, en las que ella está llamada a echar las redes.

Dios quiere que seamos misioneros. Donde estamos. Donde Él nos pone: en nuestra Patria, o donde Él nos ponga. Ayudemos a los jóvenes a darse cuenta de que ser discípulos misioneros es una consecuencia de ser bautizados, es parte esencial del ser cristiano, y que el primer lugar donde se ha de evangelizar es la propia casa, el ambiente de estudio o de trabajo, la familia y los amigos.

Ayudemos a los jóvenes. Pongámosle la oreja para escuchar sus ilusiones. Necesitan ser escuchados.

Quienes no pudimos gozar de la bendición de participar en directo de las multitudinarias celebraciones de la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, nos tuvimos que conformar con seguir a través de los medios de comunicación esa increíble experiencia de fe juvenil. El Boletín Salesiano quiere ser el eco humilde de esa explosión contagiosa de fe celebrada a nivel mundial. Nos resulta imposible reflejar en su totalidad la magnitud de ese evento. Por eso se ha tomado la decisión de entresacar pasajes “fuertes” de los discursos del papa Francisco. A eso se añade algún que otro comentario sagaz de personajes que supieron interpretar el alcance profético de la presencia papal.

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Llegar al Oratorio Domingo Savio es como transportarme a un mundo nuevo. Allí encuentro personas que son como mis hermanos buenos. Paso toda la semana esperando ese día. Me siento en familia. Es una experiencia que estoy viviendo desde hace doce años.

Fernando Hernández, Guatemala

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Lo primero que me impactó  de los salesianos fue su forma  cercana  de tratarnos, Me sentí apreciada, acogida  y amada por ellos. Para todos tenían una sonrisa, una palabra amable. Es como cuando uno llega con una gran sed  y comienza a beber, a beber y siente una satisfacción enorme, a tal grado que te enamoras de la fuente, en este caso de la educación salesiana. Los salesianos me han formado con la pedagogía del amor. Con ellos descubrí mi vocación de educadora. 

 Paulina Coché Tzina, Guatemala

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Ser parte de una casa salesiana ha sido una de las mejores cosas que me han sucedido. La casa de Don Bosco es mi propia casa, donde he estudiado, reído y llorado,  donde he jugado y saltado al lado de mis compañeros que han sido como mis hermanos. Los salesianos me han forjado para ser  feliz. No los echaré de menos porque soy uno de ellos, ni a Don Bosco porque fui parte de su sueño.

Hércules Chamul Flores, El Salvador

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Los salesianos me han formado de manera íntegra, con una personalidad cristiana, me han enseñado a superarme como persona, a exigirme con más de lo que puedo dar, a comprender que querer es poder, me llevaron a descubrir la luz de la fe, a ser una persona solidaria, a valorarme como ser humano y ver a mis compañeros como hermanos. 

Monserrat González Laporte, Costa Rica

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Lo principal que he aprendido con la educación salesiana es que se vive en un ambiente de familia y unión con Dios. He pasado toda mi vida con mis compañeros y en el salesiano he aprendido a sentirlos como mis hermanos. La educación salesiana es diferente.

 

Josué Durán González, Costa Rica

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He aprendido que todos somos hijos de María Auxiliadora, que debemos preocuparnos por las demás personas y que la vida está llena de alegría y que, cuando tengamos presentes a Dios en nuestra vida, podemos mejorar nuestra calidad de vida.

 

Edwin Ariel Téllez Moreno, Nicaragua