EDHNA--BEATIFICIACION-ROMERO56-SDARC-103523En tiempos de difícil convivencia, monseñor Romero supo guiar, defender y proteger a su rebaño, permaneciendo fiel al Evangelio y en comunión con toda la Iglesia. Su ministerio se distinguió por una particular atención a los más pobres y marginados. Y en el momento de su muerte, mientras celebraba el santo sacrificio del amor y de la reconciliación, recibió la gracia de identificarse plenamente con aquel que dio la vida por sus ovejas.

 

Dios concedió al obispo mártir la capacidad de ver y oír el sufrimiento de su pueblo, y fue moldeando su corazón para que, en su nombre, lo orientara e iluminara, hasta hacer de su obra un ejercicio pleno de caridad cristiana.

PResentacion-En la imaginación popular se tiende a considerar a religiosos y religiosas como bichos raros. La generación joven se desconcierta ante ciertas vestiduras extrañas y estilos de vida incomprensibles. ¿Por qué se encierran en un convento? ¿Qué sentido tiene vivir a contrapelo de las aspiraciones humanas más comunes: fundar una familia, alcanzar solvencia económica, organizar la propia vida con autonomía?

Cuando un joven o una joven manifiesta a sus padres su intención de ingresar en la vida religiosa, de ordinario la reacción es de desconcierto. Es como si su futuro de pronto se empañara. O los padres se oponen tajantemente, o tragan a duras penas esa aspiración extraña.

El caso es que sí es una opción extraña. Sale de lo común. Es una vía poco explorada y ante la sociedad tiene escaso brillo. Los amigos no entienden esa aventura un poco desquiciada. O tienden a disuadir al interesado, o lo miran con pena. En el mejor de los casos, lo admiran, pero desde cierta distancia.

Rector-mayor-1Nuestra Familia, presente en casi todos los rincones de la tierra, está invitada a transformarse en casa de Jesús, en su morada, una en la que cualquier persona, de cualquier condición —pero sobre todo las más necesitadas—, pueda vivir la experiencia de venir y ver. 

Ángel Fernández Artime

En su evangelio, Juan narra los humildes inicios del pequeño grupo de discípulos de Jesús. Su narración comienza de modo misterioso: se dice que Jesús «pasaba». No sabemos de dónde viene ni a dónde va. No se detiene junto al Bautista: va más allá de su mundo religioso del desierto. Por ello, Juan sugiere a sus propios discípulos que concentren sobre él su atención: «He aquí el Cordero de Dios». Jesús viene de Dios, no con poder y gloria sino como un cordero indefenso e inerme. No se impondrá jamás con la fuerza, no obligará a nadie a creer en él. Un día será sacrificado en una cruz. Quienes quieran seguirle deberán acogerlo libremente.

 

16140729133 a61c283f8b_kCuando un joven o una joven decide ingresar a una orden o congregación religiosa, con frecuencia sus parientes, amigos o conocidos quedan desconcertados. Según el pensar común, esa vida no ofrece grandes oportunidades, es como truncar el camino del éxito. Se mira a esa persona con un poco de lástima. 

A veces, los mismos papás se oponen tenazmente, pues les parece que su hijo o hija está arruinando su vida. O que es un capricho loco, motivado por la inmadurez. Hubo tiempos en que una joven que decidía por la vida religiosa era considerada víctima de una desilusión amorosa. Por eso, se refugiaba en un convento.

Las cosas son diferentes desde el ángulo de la fe. La vocación religiosa es una llamada de Dios. De él parte la iniciativa. Él llama a quien quiere. Quien siente esa llamada no se preocupa por lo que deja, sino que se deja fascinar por lo que promete. Y lo que promete es centrar la vida en Cristo y en su evangelio. La vocación religiosa no es el efecto de una tristeza, sino de una gran alegría.

16420469366 2f33fa442d_kQuien acepta la invitación de Cristo a la vida religiosa pronuncia los tres votos clásicos: obediencia, pobreza y castidad. Este paso formal de ingreso a la vida religiosa amedrenta a más de uno. 

Y resulta absurdo para quien carece de la visión de fe. Suena a mutilación, a masoquismo. A una vida privada de goces elementales: el amor, el éxito, la libertad.

Los votos religiosos no son, en primer lugar, renuncia, sino liberación. Dicho así, provocará más de una sonrisa escéptica: pobreza, castidad, obediencia suenan a carencia, despojo, pérdida. ¿Cómo es posible que un joven lleno de ilusión por la vida y con sueños inmensos decida pronunciar esos votos inhumanos y empobrecedores?

TM3La función más importante de los religiosos es ser profetas. Con la aclaración de que “profeta” no quiere decir “adivino”. El profeta manifiesta la presencia de Dios, su voluntad. A veces lo hace mediante mensajes. La mayoría de las veces, sin palabras, con la sola presencia.

 

En este sentido los religiosos existen como signos visibles de los valores cristianos. Son un testimonio viviente de esa dimensión sobrenatural, la que solo se alcanza por la fe. Vienen a ser como señales de lo divino. Como manifestaciones concretas del Evangelio vivido.

IMG 6624573 § 1.    La vida consagrada por la profesión de los consejos evangélicos es una forma estable de vivir en la cual los fieles, siguiendo más de cerca a Cristo bajo la acción del Espíritu Santo, se dedican totalmente a Dios como a su amor supremo, para que entregados por un nuevo y peculiar título a su gloria, a la edificación de la Iglesia y a la salvación del mundo, consigan la perfección de la caridad en el servicio del Reino de Dios y, convertidos en signo preclaro en la Iglesia, preanuncien la gloria celestial.

 

§ 2.    Adoptan con libertad esta forma de vida en institutos de vida consagrada canónicamente erigidos por la autoridad competente de la Iglesia aquellos fieles que, mediante votos u otros vínculos sagrados, según las leyes propias de los institutos, profesan los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, y, por la caridad a la que estos conducen, se unen de modo especial a la Iglesia y a su misterio.