Cs5,42SantuarioM.Ausiliatriceq.N.MusioDon Bosco desarrolló en su vida una actividad casi increíble. Fundó dos congregaciones religiosas (Salesianos e Hijas de María Auxiliadora) que, al morir él, ya contaban con 1200 miembros y 400 novicios/as; levantó escuelas, talleres y oratorios, en diez países, para los hijos del pueblo; edificó tres bellas iglesias; organizó doce expediciones misioneras para las lejanas regiones de Sudamérica; escribió docenas de libros para la educación de los muchachos y la evangelización del pueblo; viajó por Italia, Francia y España resolviendo trámites y buscando recursos; envió una enorme cantidad de cartas a sus salesianos, a los jóvenes, a los bienhechores, a las autoridades.

17166964242 dd29bf9e09_o«¡Eran pobres…realmente los más pobres!», exclamó el Papa Juan Pablo II en el momento en que Don Viganó, en 1988, le mostraba la pobre casita de I Becchi donde Juanito Bosco vivió los primeros años de su vida. Aquellas paredes hoy son un signo de una característica esencial en la identidad y personalidad de Don Bosco: la pobreza y su opción por los jóvenes pobres. 

Don Bosco quiso morir pobre porque siempre vivió pobre, porque él, desde niño, descubrió la riqueza del corazón pobre en la figura de su madre y en su familia, en su época y en su pueblo. Y ahí, Margarita Occhiena, ejemplar y profeticamente, nutrió la confianza en Dios, que se traduce en una actitud espiritual y operativa,  en medio de la experiencia de la muerte del padre, de orfandad, de limitación, de trabajo duro, de hambre, de carestía, de pobreza. 

Testimonio-2Don Bosco siempre ha estado presente en mi vida. Estoy seguro de que Dios me llevó a Don Bosco. ¿Qué sería de mi vida, de mi experiencia de Dios, si Don Bosco no hubiera estado presente en ella? 

Don Bosco ha sido mi gran amigo que, abriendo sus manos, me acogió hace muchos años y me ofreció una experiencia de Dios completamente distinta a la que había vivido. Me invitó al compromiso en medio de los jóvenes en el movimiento juvenil salesiano. Me abrió el corazón para dar acogida a Dios y a los jóvenes. Me llevó a una misión más allá de mi vida ordinaria. Me impulsó a las misiones salesianas dentro y fuera de mi país.

14981646682 13cc51c08a_o“Quizá llegues a ser sacerdote”. Estas fueron las palabras proféticas pronunciadas por Mamá Margarita en una mañana de 1825 cuando escuchó, de labios de su hijo Juanito, la narración de un sueño que había tenido la noche anterior.

Desde pequeño, la idea de ser sacerdote fue acompañando a Juan Bosco. Las condiciones religiosas del ambiente eran favorables, pero no así las económicas de su familia.

Testimonio-2Mi experiencia salesiana comenzó cuando ingresé al Colegio Santa Cecilia de El Salvador en el año1998. Ahí escuché hablar por primera vez de Don Bosco. Luego de unos años como estudiante salesiano y de escuchar experiencias de compañeros en los grupos juveniles, entré al grupo EJE (Encuentro de Jóvenes en el Espíritu) en el año 2008.

 

Dentro de mi camino en EJE, he fortalecido muchas cualidades en todos los aspectos de mi vida, he cosechado amistades valiosas, pero lo más importante es que he llegado a tener un encuentro personal con Jesús muy especial, de la mano de Don Bosco y de María Auxiliadora.

EDH --001PTrescientas mil personas congregadas en un espacio más bien reducido es el indicador del arraigo profundo que monseñor Oscar Romero ha logrado en el corazón de todos los salvadoreños. Esa cifra es la muestra de una realidad mayor. Millones siguieron la ceremonia de beatificación a través de los medios de comunicación social. 

El evento parece haber sido un punto de quiebre en la realidad nacional. Estaba precedido por el nerviosismo de muchos años. ¿Habrá tumultos? ¿Será escenario de una confrontación entre izquierda y derecha? ¿Es oportuna una celebración de este tipo?

552195-SDARC-131737Oscar Arnulfo Romero Galdámez nació en Ciudad Barrios, San Miguel, el 15 de agosto de 1917; era el segundo de ocho hermanos. Era una familia humilde y modesta. 

A la edad de 14 años Oscar entró al Seminario Menor de San Miguel. Allí permaneció durante seis o siete años.

En 1937 Oscar ingresa al Seminario Mayor de San José de la Montaña en San Salvador. Siete meses más tarde es enviado a Roma para proseguir sus estudios de teología. 

Oscar fue ordenado sacerdote a la edad de 24 años en Roma, el 4 de abril de 1942.