P. Sixto Flores, SDB. QDDG. El domingo 3 de enero del 2021, fiesta de la Epifanía del Señor, el P. Sixto fue llamado a la casa del Padre. En los últimos meses había sufrido una serie de complicaciones graves de salud que lo tuvieron en hospitalización, sin lograr recuperar la salud.

A pesar de las restricciones impuestas por la epidemia del covid, la solemne misa exequial se celebró en el hermoso templo de la Parroquia María Auxiliadora con la participación de 22 salesianos sacerdotes más parientes y amigos del difunto.

Sus restos mortales descansan en la cripta de esta iglesia, donde otros muchos salesianos difuntos esperan la promesa de la resurrección final.

El P. Sixto falleció a los 54 años de edad, 35 de profesión religiosa y 27 de sacerdocio.

Había nacido en Ilobasco, El Salvador en 1966. A los trece años comenzó su aventura salesiana en el seminario que entonces funcionaba en el hermoso parque turístico Planes de Renderos, cerca de San Salvador. Allí permaneció tres años empeñado en sus estudios de secundaria que completó en Cartago, Costa Rica.

La formación específica como salesiano y sacerdote la inició y completó en Guatemala: prenoviciado, noviciado y teología desde 1984 hasta 1993, con una etapa intermedia de entrenamiento pastoral salesiano por dos años en El Salvador.

Desarrolló su actividad apostólica como presbítero en Guatemala, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica. Se identificó con la pastoral juvenil al estilo salesiano. Asumió también tareas administrativas en varias obras educativas.

De carácter alegre y amigable, se granjeó numerosos amigos en los varios ambientes donde trabajó, lo mismo que entre sus hermanos salesianos. Estaba siempre optimista y bromista, creando buen ambiente en la comunidad. A pesar de sus dolencias crónicas, nunca se quejaba en la comunidad.

Trataba muy bien a todos los trabajadores y colaboradores de la obra salesiana donde residía.

Como dicen las Constituciones Salesianas, con su muerte la Congregación ha cosechado un nuevo triunfo.

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