ANS Nairobi, abril 2015.- Es una vez más una Semana Santa de verdadera Pasión, la de muchos cristianos en muchas partes del mundo.

La persecución de los cristianos "que el mundo trata de ocultar", como comentó el Papa después de los dos ataques contra iglesias en Pakistán, continuó el jueves santo en Garissa, Kenia, con un nuevo vil ataque, esta vez en una universidad, en contra de los estudiantes indefensos y culpables sólo de ser cristianos. 147 las víctimas confirmadas entre los estudiantes, así como a cuatro policías.

De acuerdo a la información difundida  por los medios de comunicación, el comando terrorista, compuesto por cuatro personas, ha hecho una selección entre los estudiantes, especialmente con los cristianos para mantener como rehenes y, finalmente asesinarlos.

"Entre la población existe un gran temor. Hoy no se habla de otra cosa aquí. Los terroristas han amenazado con llevar a cabo nuevas masacres y los cristianos sobre todo ahora temen incluso en participar en el Viacrucis o en las funciones por la Pascua", informan los Salesianos presentes en Kenia.

"Como todos, también nosotros estamos consternados por este ataque. Las informaciones filtradas dan un balance aún más grave que el oficial: se habla de unos 200 muertos, más de setenta heridos y 300 estudiantes de los cuales no se tiene noticias.

Como Salesianos no nos sentimos particularmente en riesgo y, de hecho, como resultado del ataque ahora hay muchos militares y policías en las calles. Hemos previsto algunos controles también para nuestras celebraciones", concluyen.

Actualmente, de acuerdo con el "Pew Research Center" de Washington, los cristianos son discriminados en 139 países, o en alrededor del 75% de los países reconocidos oficialmente.

Alguien mientras tanto se mueve: el 1° de abril, en Awar, Egipto, se puso la primera piedra de la iglesia dedicada a los "mártires de Libia", los 21 cristianos coptos decapitados por su fe y de inmediato puestos en el "Synaxarium" de la Iglesia Copta Ortodoxa; y el mismo día en Gienvra, Mons. Silvano Tomasi, Observador Permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas recordó a la comunidad internacional que "no se puede ser ciego ante el hecho de que grupos extremistas están creciendo como un cáncer". Y reiteró que no es posible mantener hoy "una actitud de indiferencia" y  de "no acción en respuesta a estos horribles crímenes".

 

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