Roma, marzo 2015.- Entre las peculiaridades más interesantes del Papa Francisco está ciertamente su continua referencia a la misericordia de Dios. No pocos observadores, dentro y fuera del mundo eclesial, aseguran que es justamente esa su cifra específica. A los dos años de su elección como Obispo de Roma, intentemos releer su pontificado precisamente a través de esa lupa.

Motivos periodísticos y la voz del pueblo nos han llevado con frecuencia a identificar a los Papas con afectuosos apelativos: A Juan XXIII se le ha definido por su carácter apacible como el "Papa Bueno"; a Juan Pablo I, aun en su corto pontificado, se le recuerda como el "Papa de la sonrisa". Del Papa Francisco se dice ahora que es el "Papa de la Misericordia".

No solamente lo dicen los medios. "Como Penitenciaría Apostólica, guardián de la mayor misericordia, del tesoro de la misericordia, la sentimos especialmente cercana, ya que en los corazones de todos, Usted es el "Papa de la Misericordia", ha dicho precisamente ayer, 12 de marzo, el cardenal Mauro Piacenza, Penitenciario Mayor, al saludar al Papa Francisco en la audiencia concedida a los participantes en el XXVI Curso sobe el Foro Interno.

Y siempre en relación a la crónica más reciente, de hoy mismo son las consideraciones de Mons. Marcello Semeraro, obispo de Albano y secretario del Consejo de Cardenales instituido por el Papa mismo para ayudarle en la reforma de la Curia, en la que se remarca que la misericordia "es el elemento central de la experiencia humana y espiritual del Papa Francisco. Además de ser el arquitrabe de la esperanza para el hombre de hoy".

Impresiones que nacen de las reflexiones del Papa Francisco, que subrayan continuamente como "Dios nunca se cansa de perdonar"; que Dios "se lanza el primero", es decir que va el primero al encuentro del hombre; que el sentido etimológico de misericordia es el de "miseris cor dare", es decir "dar el corazón a los míseros"...y que invitan a fin de cuentas a ser "testigos de la misericordia y de la ternura del Señor, que sacude a los resignados, reanima a los desconfiados, enciende el fuego de la esperanza".

El regalo que todos los cristianos podemos hacerle hoy, y probablemente el más apreciado, es el que pide siempre al final de cualquier encuentro o conversación con alguien: la oración. Ojalá sea así participando en la iniciativa que simbólicamente se da precisamente hoy, las 24 horas de oración al Señor sobre el tema "Dios rico en misericordia", que el Papa, él mismo, ha invitado a celebrar en todas las diócesis del mundo.

Entre las muchas iniciativas realizadas para festejar hoy los dos años de pontificado, señalamos el "librito digital" disponible en el sitio vaticano, que recoge algunas de las imágenes y citas más hermosas de estos dos años.