troncatti

Roma, agosto 2014.-  Iniciado el Bicentenario del Nacimiento de Don Bosco, el mes de agosto nos ofrece en la Beata María Troncatti, el testimonio de una mujer, una Hija de María Auxiliadora, que dona toda su vida en las misiones entre los indígenas shuar: Macas, Sevilla Don Bosco y Sucúa son algunos de los "milagros" de la aún próspera hermana Troncatti.

25 de agosto de Beata María Troncatti

La vida de esta Hija de María Auxiliadora, misionera, que había hecho de la selva amazónica del Ecuador "la patria del corazón", expresa "la gracia de un sí todo donado". Desde el encuentro con el espíritu de Don Bosco, cuando, a los diez años descubre el Boletín Salesiano, que le dio su maestra de escuela primaria, y donde lee de las misiones, hasta su muerte ocurrida el 25 de agosto de 1969 en accidente aéreo, cuando el medio en el que viajaba para llegar a Quito se precipitó contra a tierra, su vida estuvo marcada por la renuncia y el don total de sí.

Deja a su familia y su tierra natal, para entrar en el postulantado el 15 de octubre de 1905 y no volverá a casa. Aún a los 85 años, escribía: "El desprendimiento me ha costado mucho: el desapego de mis padres, de las Superioras, de mi país, de mi lengua, de todo; al subir al barco dije adiós para siempre. En el cielo nos volveremos a encontrar".

Renuncias de diversos tipo  la hicieron disponible a una vida dedicada al bien de las personas que Dios le confiará y que la llevará pualatinamente a una entrega suprema a la hora de traer la paz entre los indios Shuar y los colonos blancos: "Estas dos razas no se podrán reconciliar sin una víctima que se ofrezca por ellos". Con su oferta encendió el fuego de la caridad que extingue cualquier fuego de odio y de  muerte, haciendo  triunfar el ardor de la misericordia y de la paz.

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