Imágen de Ans Ciudad del Vaticano, diciembre 2013.-  Del 27 al 29 noviembre se celebró en el Salesianum de Roma, la 82ª Asamblea General de la Unión de Superiores Generales (USG).

Después de tres sesiones de reflexión y de intercambio, el encuentro terminó en el Vaticano con un extenso y cordial encuentro con el Papa Francisco.

La figura del Santo Padre ya había estado en el centro de las reflexiones y los encuentros de los distintos grupos lingüísticos de los Superiores Generales realizados en el Salesianum de Roma. Piedras angulares de los trabajos fueron las tres experiencias – del padre Janson Hervé, de los Pequeños Hermanos de Jesús; de fray Mauro Jöhri, capuchino; y del padre Hainz Kulüke, de la Sociedad del Verbo Divino – centradas sobre los desafíos planteados por el Magisterio y el ejemplo del Papa Francisco a los superiores en el ejercicio de su función de guías.

El sábado por la mañana hubo un encuentro con el Papa, no limitado a una breve audiencia, sino - a petición del mismo Santo Padre - de toda una mañana, en la que el Papa respondió fraternalmente a las preguntas de los superiores, añadiendo a menudo anécdotas personales y vivencias de su experiencia pastoral.

El primer grupo de preguntas se centró en la identidad y la misión de la vida consagrada. La radicalidad se pide a todos los cristianos, dijo el Papa, pero los religiosos están llamados a seguir al Señor de una manera especial.

Interrogado por la situación de las vocaciones, Papa Francisco señaló que hay iglesias jóvenes que están dando nuevos frutos. Por supuesto, esto nos obliga a repensar la inculturación del carisma. Luego insistió en la formación que, en su opinión, se basa en cuatro pilares: espiritual, intelectual, comunitaria y apostólica: "el objetivo es formar religiosos que tengan un corazón tierno y no ácido como el vinagre. Todos somos pecadores, pero no corruptos. Aceptamos los pecadores, pero no corruptos".

Sobre la fraternidad, el Papa dijo que tiene una enorme fuerza de atracción: implica la aceptación de las diferencias y de los conflictos, y es necesaria para ser fecundos. Sobre las relaciones mutuas entre los religiosos y las diócesis, el Papa agregó: "Nosotros los obispos debemos entender que las personas consagradas no son solo material de ayuda, sino que son carismas que enriquecen las diócesis", dijo.

Las últimas preguntas se referían a las fronteras de la misión de los consagrados. "Ellas van buscadas en la base de carisma", respondió el Papa. Las realidades de exclusión siguen siendo las prioridades más significativas, así como los desafíos culturales y educativos en las escuelas y universidades, que se afrontan transmitiendo conocimientos, costumbres y valores, a través de las cuales se transmite la fe.

El Papa también anunciado que el 2015 será un año dedicado a la vida consagrada y saludó a los 120 superiores generales presentes, dándoles las gracias por sus esfuerzos.

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