ANS Image Tulear, agosto 2012.-  “Te estábamos esperando desde hace mucho tiempo: finalmente estás entre nosotros”. Con estas palabras del sueño misionero, Don Bosco fue recibido en Madagascar. El aéreo que transportaba la urna, proveniente de Angola, aterrizó en el aeropuerto de Tulear en la tarde del 16 de agosto, fecha del cumpleaños de Don Bosco.

Para recibir las reliquias estaban presentes el arzobispo de Tulear, Mons. Fulgence Rabeony; Mons. Rosario Vella, obispo salesiano de la diócesis de Ambanja; el Superior  de la Visitaduría, padre Claudio Ciolli, los salesianos de la obra local, el Presidente de la Región, el alcalde de Tulear, y sobre todo una gran muchedumbre de muchachos y de jóvenes.

La banda del oratorio local acogió a Don Bosco con el himno nacional malgache. Después de un momento de oración se formo el corteo que escoltó a Don Bosco hasta la parroquia salesiana “Notre Dame des Flots”, donde se realizaron diversos discursos de bienvenida. La tarde se concluyó con la celebración eucarística.

Al día siguiente la urna fue trasladada a la misión salesiana de Ankililoaka, una de las primeras obras salesianas en Madagascar, distante unos 75 km. El esta región sólo el  3% de la población es cristiana, todavía a través de la escuela la obra salesiana alcanza a proponer a los muchachos el anuncio del evangelio. Después de un viaje lento y dificultosos a causa de las condiciones de la vía, la urna fue recibida en la iglesia parroquial, donde fue celebrada la misa.

Después  la urna fue llevada de nuevo a Tulear, donde fue celebrada otra Eucaristía, en la catedral de la ciudad. En esta oportunidad Mons. Rabeony señaló el gran don que Don Bosco ha hecho a la diócesis de Tulear con la presencia de dos comunidades salesianas. También el alcalde de Tulear, al final de la misa, expresó su agradecimiento a Don Bosco e invitó a toda la población a recibir y venerar las reliquias de Don Bosco. Durante la noche los jóvenes animaron la vigilia de oración que culminó en la mañana siguiente.

El Sábado 18 de agosto, la reliquia partió muy de mañana hacia Ihosy, haciendo diversas etapas en las ciudades de Sakaraha, Ilakaka y Ranohira, en una rica zona minera – definida como “la más grande minera a cielo abierto del mundo” – donde, sin embargo, las muertes en el trabajo y la delincuencia por querer acaparar las piedras son cotidianas.  En este contexto mucha gente recibió con alegría el paso de  Don Bosco, quiso tocar la urna y orar. Una vez llegada a Ihosy, el obispo local, Mons. Fulgence Razakarivony, celebró la Eucaristía.

En la tarde la urna pasó por la ciudad de Ambalavao; porque era ya oscuro, no fue posible hacer descender la urna del camión, pero la gran muchedumbre no se desanimó  y veneró la urna alrededor del auto.

Durante la noche la reliquia llegó a Fianarantsoa, donde fue recibida por el arzobispo y Presidente de la Conferencia Episcopal Malgache, Mons. Fulgence Rabemahafaly, por el Alcalde, Pety Rakotonirina, y el Presidente de la Región.  En la catedral plena de fieles el arzobispo presidió la eucaristía definiendo a Don Bosco como “aquel que hace el bien y que enseña el bien”, haciendo alusión al nombre de la ciudad, que significa “la ciudad donde se enseña el bien”.

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