Image bank ANS. Roma, junio 2011.-  La vocación es don que Dios nos da para la salvación, santidad y felicidad personal, pero sobre todo un don que Dios nos regala para el servicio a los jóvenes y la Iglesia. Así el padre Francesco Cereda, Consejero general para la Formación, describe la vocación a la vida consagrada salesiana, en una entrevista concedida al Boletín Salesiano de México.

Interpelado por las orientaciones aparecidas en las Actas Del Consejo General N0 410, el padre Cereda describe con precisión el significado de la “Fidelidad Vocacional” que viene pedida hoy al salesiano. En primer lugar el Consejero considera los límites personales tales como la fragilidad psicológica, vocacional y formativa y, que cada formador debe tener presente para acompañar a los hermanos que están a su cuidado.

En el año en el cual la Familia Salesiana reflexiona sobre el  significado del “Ven y Verás“, como trabajo vocacional, el padre Cereda recuerda como también en la vida consagrada se encuentran dos fidelidades: la de Dios y la del hombre llamado a desarrollar la propia sobre el modelo de vida divina.

El análisis del Consejero coloca la atención en la disciplina religiosa, estrechamente unida a la fidelidad vocacional: “la fidelidad vocacional es la mística de la vocación, mientras la disciplina religiosa es la ascética. También en este caso la mística y la ascesis van cultivadas juntas”.

El padre Cereda señala, al final, como en vista del bicentenario del nacimiento de Don Bosco, el conocimiento, el amor y el reconocimiento de su carisma pueden desempeñar un rol muy importante en suscitar fidelidad vocacional.

El texto completo de la entrevista está disponible en la sesión Service de ANS

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