El Rector Mayor anima a la Familia Salesiana con un llamado renovado: la misión continúa y se vive hoy, en cada corazón dispuesto a servir.  

(ANS – Roma) – En vísperas de las celebraciones por el 150° aniversario de la primera Expedición Misionera Salesiana, y exactamente 150° años después del día en que el barco Savoie zarpó del puerto de Génova llevando a los primeros Hijos de Don Bosco hacia Argentina, el XI° Sucesor de Don Bosco, el padre Fabio Attard, lanza un nuevo llamado misionero, “para una renovada fidelidad carismática y generosidad misionaria”.

En su mensaje, el padre Attard cita las Memorias Biográficas para recordar cómo la opción misionera emprendida por Don Bosco trajo inmediatamente un soplo de novedades positivas a Valdocco: “Entonces se vieron multiplicarse las vocaciones al estado eclesiástico; también crecieron sensiblemente las solicitudes de agregarse a la Congregación, y un nuevo ardor de apostolado se apoderó de muchos que estaban inscritos en ella” (MB XI, 148). “Fue un momento de Pentecostés para la Congregación”, observa el Rector Mayor.

El actual contexto social global requiere también hoy hombres dispuestos a dejarlo todo para seguir al Señor. “Guerras, violencias, migraciones forzadas, crisis ecológicas, distracciones digitales, inteligencia artificial y fragmentación cultural nos interpelan cada día”, señala nuevamente el padre Attard.

Por ello relanza: “Hoy me dirijo con un renovado llamamiento misionero a cada corazón salesiano, en cada rincón del mundo: la misión no ha terminado. La misión es ahora”. La invitación es, por tanto, a agradecer por el camino de dedicación y celo recorrido, pero también a repensar (“abrir nuestros corazones para escuchar la voz del Espíritu”) y relanzar (“comenzar de nuevo con confianza, sin contabilizar nuestras debilidades”) el compromiso misionero.

Cada salesiano, concluye, está invitado, por tanto, a “tomar en serio este llamamiento” y a realizar “un discernimiento valiente, orante y sincero” para responder a las necesidades de la Congregación “en las periferias donde Cristo ya nos espera”.

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