(ANS – Roma) – “Amen, reverencien, respeten al Sumo Pontífice, Vicario de Jesucristo en la tierra. Quien está con el Papa, está del lado de Dios” enseñaba Don Bosco a sus muchachos. La devoción hacia el Santo Padre es uno de los tres “amores blancos” que él siempre transmitió como parte de su espiritualidad, y hoy se hace evidente en las palabras conmovidas y colmadas de gratitud que siguen llegando desde todo el mundo salesiano por la muerte de papa Francisco.
Desde todas las regiones del mundo en las que está difundido el carisma salesiano continúan llegando los mensajes de condolencia por el fallecimiento del Santo Padre y de gratitud por su legado como pontífice.
“Siempre hemos tenido una sintonía especial con Francisco, y en muchos casos esta se ha transformado en una cooperación real de apoyo a proyectos a favor de los últimos de la tierra”, afirma el padre Daniel Antúnez, presidente de Missioni Don Bosco, la Procura Misionera salesiana de Turín. El padre Antúnez había conocido al Santo Padre cuando éste era arzobispo de Buenos Aires, y volvieron a encontrarse varias veces en Roma con ocasión de dos importantes eventos anuales en el Vaticano: la Carrera de los Santos y el Concierto de Navidad.
“El pensamiento de Francisco está muy cerca del que anima a Missioni Don Bosco: la atención a los más necesitados, la presencia en las periferias del mundo – prosigue el padre Antúnez –. Lo que es el carisma originario de Don Bosco fue confirmado para nosotros y potenciado por el magisterio constante del Papa: la atención a los jóvenes desheredados, a quienes viven sin ninguna esperanza de futuro, a los sujetos debilitados por contextos de violencia y miseria. Al punto que fue prácticamente él, Francisco, quien dictó nuestro programa: los misioneros salesianos en ciento treinta y seis países se sintieron sostenidos por sus palabras, animados a ir más allá de los límites habituales, a suscitar conciencia de la dignidad de comunidades y pueblos en la Amazonía, como en Myanmar, en África, constantemente golpeada por las guerras, y bajo los bombardeos en el Cercano Oriente y en nuestra misma Europa.”
De una Procura Misionera a otra, de la de Turín a la de New Rochelle: “Salesian Missions se une a la Familia Salesiana y a la comunidad católica internacional en el dolor por la desaparición del papa Francisco. A pesar de ser jesuita, fue un amigo de larga data de los salesianos de Don Bosco y mantuvo estrechos lazos con misioneros y sacerdotes salesianos durante toda su vida” afirman.
Papa Francisco y los salesianos se concentraron de modo particular en la ayuda a los pobres y a los marginados, asegurándoles asistencia y acceso a los recursos que necesitan. “El papa Francisco será recordado sobre todo por su profundo amor hacia los más pobres entre los pobres, por su firme defensa de los marginados, en particular de los migrantes, y por su cuidado de la Tierra y del ambiente”, dijo el padre Michael Conway, responsable de Salesian Missions. “La mejor manera de honrar su vida y su legado es tratar de encarnar en la nuestra aquellos ámbitos de la fe y de la vida que fueron más importantes para él: el cuidado de los pobres, de los marginados y del Creador.”
Quedándonos en América, pero bajando geográficamente hacia el sur, el Boletín Salesiano de su Argentina llora la muerte del Papa compatriota contando la extrañeza de continuar la vida cotidiana salesiana sin más la dulce y reconfortante presencia del Santo Padre: “Ofrecer el pensamiento del ‘buenos días salesiano’ a todos los chicos de la escuela fue más difícil hoy, aunque llegamos con el impulso de la Pascua que acabamos de celebrar”, testimoniaba en caliente, el mismo día del fallecimiento, lunes 21 de abril, el padre Néstor Zubeldía, desde Neuquén, la ciudad más poblada de la Patagonia.
“Algunos – prosigue – también me dieron su sincero pésame. Otros comenzaron a preguntarse: ‘¿Qué va a pasar ahora?’ Y creo realmente que esta es la gran pregunta: ¿qué pasará ahora en un mundo cuyos poderosos parecen preferir mirar hacia otro lado frente a la pobreza, la desigualdad, la injusticia, las migraciones masivas como nunca antes en la historia? ¿Quién llamará todos los días a la parroquia en ruinas de Gaza? ¿Quién llorará a las infinitas víctimas de la martirizada Ucrania? ¿Quién gritará una y otra vez por la salud de nuestro planeta, nuestra Casa Común, que también parece mortalmente herida? ¿Quién irá a las periferias de las periferias de este mundo atribulado y difícil, a levantar la voz por las minorías perseguidas?”
Volviendo a Europa, desde Portugal, el inspector, padre Tarcízio Morais, comparte: “Hoy la humanidad es más pobre. El papa Francisco se ha ido. El Papa de la sencillez, de la presencia, de la escucha, de Cristo. Pastor, buen pastor, de la casa común, de la fraternidad universal, de la humanidad del amor, del Evangelio de la alegría. Una alegría contagiosa, empática y verdadera para todos. Una vida que derriba las periferias, las vuelve cercanas, visibles. Una voz en defensa de los más pobres, de los últimos, de los más alejados. Una actitud de escucha, de atención, de permanente inconformismo. Joven en su vejez, hizo crecer en todos nosotros la misericordia, la justicia, la admiración por la belleza del Creador, la ternura en la acogida de refugiados y migrantes, la fuerza de la fe.”