Hablar desde el corazón no significa adquirir una habilidad, o hablar con la persona en el momento o lugar adecuado, o simplemente hacer lo correcto. No hay necesidad de preparación especial o planificación preliminar, porque brota directamente del corazón y debe avanzar hacia el corazón del otro. Es comunicación al nivel más profundo, que conecta con lo que es importante para la otra persona. Significa simplemente ser honesto y genuinamente empático con la persona con la que te estás comunicando. El corazón debe ser escuchado, es la fuente suprema de vida, el hogar físico y espiritual de nuestra existencia. Solo escuchando y hablando con un corazón puro podemos ver más allá de las apariencias y tocarnos.
La comunicación asertiva es una habilidad fundamental que nos permite expresar nuestros pensamientos, sentimientos y necesidades de manera clara y respetuosa, al mismo tiempo que escuchamos y comprendemos a los demás. Es una forma de comunicación equilibrada que fomenta relaciones saludables y efectivas.
El relato de la creación en el libro del Génesis narra cómo Yavé Dios, al finalizar cada día, hace una evaluación satisfactoria: “Y vio Dios que lo que había creado era bueno”. Al sexto día su evaluación varía en mejor: “Y vio Dios que lo creado era muy bueno”. El caso es que lo creado el sexto día eran el hombre y la mujer. Como quien dice: La joya de la corona. Somos la obra maestra de la creación.
Conocemos el trillado refrán: Mente sana en cuerpo sano. Al parecer, en la última década nos hemos enfocado en trabajar por tener un cuerpo sano, comer sano, ejercitarse para vernos y sentirnos bien y olvidamos el otro lado de la ecuación.