"Identificar y tratar los factores de riesgo puede ser una forma efectiva de prevenir los problemas de salud mental" Una persona que expresa sus emociones de manera equilibrada es una persona con buena salud mental. Sentir alegría, tristeza, ira, miedo, es natural. Existe la idea equivocada de que hay que controlar las emociones, y por controlar nos referimos a suprimirlas,cuando en realidad lo que debemos es aprender a expresarlas y gestionarlas.

Una persona con buena salud mental es capaz de decir: Me siento enojada, me siento triste, expresar la emoción verbalmente y a través de su cuerpo sin lastimar a otros.

Otro indicador de buena salud mental es cuando la persona se siente bien consigo misma, no tiene envidia, ni celos ni vive para demostrar que es mejor que otros. Por el contrario, se siente en paz y plenitud y esto la lleva a tener una buena relación con aquellos de su entorno.

Es bueno que nos preguntemos: ¿Qué tipo de persona soy en los diferentes entornos en los que me desenvuelvo? ¿Cómo vivo la vida? ¿La disfruto? ¿Contagio la alegría de vivir a los que me rodean? O, al contrario, ¿soy el que siempre está enojado o viendo el lado negativo de todo?

Algunos factores de riesgo que alteran la salud mental

Vivir en un ambiente lleno de límites y restricciones o vivir en un ambiente de violencia verbal, emocional, económica.

Las relaciones o ambientes tóxicos: en el trabajo, amigos, familia.

La monotonía: El cerebro se atrofia cuando no le presentamos retos. Cuando tenemos rutinas que se repiten una y otra vez. De vez en cuando es bueno romper rutinas y presentarle retos a nuestro cerebro.

Cuando hay exceso de soledad y aislamiento o, al contrario, cuando buscamos constantemente estar acompañados con el objetivo de evadir alguna situación o por el simple hecho de que no somos capaces de estar solos.

Exceso de trabajo, estrés o pensamientos recurrentes. Estos se convierten en un riesgo cuando nos vamos al extremo y caemos en excesos.

Abuso de sustancias como drogas y alcohol.

En algunas situaciones no es posible evitar estos excesos de estrés o el exceso de ambientes tóxicos que nos perjudican. La alternativa que puede ayudar en este tipo de situaciones es aprender a marcar límites, decir no, priorizar y no tomar las actitudes y acciones de otros como algo personal.

 

 

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