San Francisco de SalesDon Bosco, en el Reglamento del Oratorio de San Francisco de Sales que redacta en 1854, describe en el prólogo la finalidad de su proyecto:

“Este oratorio está puesto bajo la protección de san Francisco de Sales para indicar que la base sobre la que esta Congregación se apoya debe ser la caridad y la dulzura, que son las virtudes características de este santo”.

bracelonaEl fiel secretario Viglietti nos ha dejado un testimonio vivo y detallado del triunfal viaje de Don Bosco a Barcelona. Casi al final de su vida, en 1886 --dos años antes de morir--, nuestro padre decide hacer un largo viaje a la Ciudad Condal con el objeto de seguir recaudando fondos entre las familias burguesas de Barcelona para sostener su obra y conseguir adhesiones a su proyecto.

Ofrecía oportunidades para desarrollar potencialidadesDon Bosco se empleó con todas sus fuerzas para abrir futuro en la vida de muchos jóvenes que habían perdido toda esperanza. Siendo joven sacerdote, vio, escuchó, supo captar la realidad social y ponerse manos a la obra para tratar de paliar los efectos desastrosos de una Revolución Industrial que estaba dejando en la cuneta a los hijos de nadie.

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En pleno desarrollo y maduración de su obra en Valdocco, Don Bosco abre sus primeros talleres entre 1853 y 1856. Son talleres de zapatería, sastrería, encuadernación y, algo más tarde, también de carpintería.

Hasta ahora, sus muchachos aprendices habían frecuentado diferentes talleres en la ciudad en los que Don Bosco los colocaba al cuidado de algún patrón que los iniciaba en el oficio.

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De todos es sabido el amor de Don Bosco por la madre del Señor invocada como Consolación, Inmaculada y –sobre todo- Auxilio de los cristianos. Así lo vivió desde muy pequeño en I Becchi y así lo transmitió a sus muchachos en el Oratorio cuando María era sentida como de casa, la madre de todos los días que nunca abandona a sus hijos.

Conociendo a DB 2Para Don Bosco, decir “joven” era pensar en las condiciones necesarias para afrontar la vida en tiempos de especial necesidad y abandono. Don Bosco es un sacerdote educador que entendió muy bien que solo se puede educar si la persona está en las circunstancias adecuadas para realizar el camino. Por eso, educar conllevaba para Don Bosco la atención a todas las carencias físicas y psicológicas de sus jóvenes: pan para vivir, ropa que vestir, un techo donde cobijarse y el afecto de un padre que se cuida de sus hijos.

Foto: Francis StorrCorría el año 1852 cuando en Turín, una tarde de primavera, una explosión atronadora rompía en dos la ciudad y sumía en el caos y la destrucción el barrio Dora, muy cerca de Valdocco. Estalló causando enormes destrozos el polvorín militar. Hubo 28 víctimas y numerosas pérdidas materiales.

Don Bosco se encontraba en los primeros años de su obra y estaba construyendo la iglesia de San Francisco de Sales en el Oratorio porque la capillita Pinardi se había quedado pequeña para albergar a los jóvenes de la casa. Aunque hubo algunos destrozos, techos caídos y ventanas rotas, no se tuvo que lamentar grandes pérdidas. El armazón de la nueva iglesia, todavía por concluir, no sufrió daños importantes.