En el colegio Mi padre escogió para mí el Instituto Salesiano San Miguel porque quería una educación íntegra y enfocada en valores. Yo no sabía nada de Don Bosco, pero lo fui conociendo poco a poco. El Padre Carlos Paniagua me entrevistó como lo hacía con cada alumno nuevo de primaria. Entre tanta pregunta, me lanzó una provocativa: - ¿A qué equipo de futbol nacional le vas? Mi respuesta fue inmediata: - Al Motagua.
Y él: – Como todo buen salesiano.

Fui creciendo, aprendiendo y convirtiéndome en un salesiano tanto por la vida colegial como por el Movimiento Juvenil Salesiano. Los salesianos del colegio impregnaron mi vida: el padre Settimo Rossoni por sus confesiones; el padre José Loucel por sentarse en las gradas a compartir con nosotros; el padre Walter Guillén, por sus palabritas al oído; el padre Rodolfo Guzmán por sus consejos; el padre Panchito por ser padre, maestro y amigo.

De mis profesores recuerdo particularmente a Santos Arzú por enseñarme lo que realmente importa en la vida.

Carlos Hernández - Honduras

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