Mario Estaba iniciando la Cuaresma del año 2016. Yo buscaba matricularme en una carrera en el Centro Juvenil y no sabía a quién dirigirme. El padre Mario Rodríguez se me acercó y me me ayudó amablemente.

Después de una larga plática, me invitó a un retiro en la parroquia organizado por el grupo EJE. Al inicio estaba un poco insegura, no sabía si asistir o no, pero fue tan grata su invitación que decidí participar.

Más adelante, muy entusiasmada, iba a las tardes de reencuentro. Sin embargo, había algo que no cambiaba, seguía siendo soberbia y egocéntrica. Pero el padre todas las mañanas me aconsejaba que recibiera la bendición en la parroquia para así cambiar mis actitudes, ser más paciente y quedarme callada cuando fuera necesario.

Agradezco a Dios el haberme ayudado a ser una mejor persona y por haber puesto al padre Mario en mi camino. Gracias a este salesiano, que es mi guía espiritual, decidí prepararme para la confirmación.

He vivido momentos muy alegres y emotivos en EJE, donde he encontrado amigos que son como una familia. Mi relación familiar ha cambiado, tengo mejor comunicación con mi mamá.
Laleska García, Managua, Nicaragua

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