MercedesdelaO21024px Presentamos algunos testimonios
de jóvenes centroamericanos que asistieron
a la Jornada Mundial de la Juventud en Cracovia 2016.

TamaraEli1024px

Cada vez que recuerdo la JMJ en Cracovia sonrío. Vienen a mi mente tantos recuerdos lindos que me siento una persona completamente enriquecida de Dios.

La misericordia, el amor y la tolerancia entre nuestro pequeño grupo salesiano se manifestaron en varias ocasiones y de muchas maneras. Pero fue más impactante verlo entre los jóvenes de distintos países, con otras costumbres e idiomas.

Todos llegamos con el mismo propósito: convivir con jóvenes alegres por la vida y dispuestos a trasformar la sociedad. La ganancia fue estar cerca del Papa Francisco, un verdadero líder.

Me considero una chica común y corriente, pero ahora encaminada para ser una discípula de Dios. Te repito el consejo que alguna vez me dieron: “Todo joven católico debería vivir al menos una vez este gran encuentro para entender su papel en su comunidad”.

Tamara Eligoulashwily Gálvez

CarlosCenteno1024px

Como joven salesiano es difícil encontrar personas fuera de los grupos juveniles que compartan la misma locura que tengo por Jesús, María y Don Bosco.

En Cracovia encontré a millones de amistades que solo son posibles en la presencia de Dios.

La alegría, la hermandad, el gozo y el amor fraterno inundaron cada día desde la mañana hasta la última hora del día.

Regresé a El Salvador con esperanzas y con ansias de construir el reino de Dios cada día, un día a la vez, porque viviendo la santidad en lo cotidiano y mostrando una sonrisa sincera, nada es imposible.

Carlos Centeno

MercedesDelaO1024px

Vivir la Jornada Mundial de la Juventud fue una experiencia inigualable.

Fue increíble ver cómo, a pesar de la lluvia, del cansancio y de muchos factores más, miles de jóvenes caminábamos juntos, cantábamos, disfrutábamos cada momento porque todos estábamos reunidos ahí por una sola razón, el gran amor que tenemos hacia Cristo.

El Papa nos invitó a luchar por nuestros sueños, a ser jóvenes activos que luchen por cambiar el mundo y lograr hacer vida la misericordia que tanto necesita el mundo.

La JMJ cambió mi vida y me inspiró para luchar junto a otros jóvenes que necesitan el amor y misericordia que Dios nos regala.


Mercedes De La O

Kelly Villalta1024px

La JMJ es la mejor forma de encontrarme conmigo misma y con Dios.

Es una experiencia gratificante porque te das cuenta cómo Dios te consiente y te demuestra de mil maneras su amor.

Una vivencia que marca tu vida y te ayuda a servir a los demás.


Kelly Villalta

Alexandra González

La JMJ 2016 significa mas que un sueño alcanzado. Significa un encuentro con Dios en distintas culturas y personas alrededor del mundo.

Cuando aterrizamos en Cracovia Dios me recibió de una manera increíble.

El cansancio me agobiaba, y justo en la puerta del aeropuerto Don Ángel Fernández saludaba alegremente a los peregrinos de todo el mundo.

En el ambiente se percibía la misericordia de cada uno hacia los demás, desde el gesto mas pequeño como ayudar a alguien agobiado con su bolsón en el bus hasta compartir tu comida con alguien que no tenía qué comer.

No sé cómo explicar la alegría que me invadía. Caminar sobre el lugar donde dos grandes santos crecieron (san Juan Pablo II y santa Faustina) me inspira a querer que más personas conozcan a Dios, que sin importar la circunstancia, el país, el lenguaje, Dios es el mismo y muestra su misericordia siempre a nosotros sus hijos.

El encuentro con el Papa me dejó sin palabras, pero con el corazón lleno. Poder verlo a cinco metros de distancia fue una de las mejores impresiones.

Cada mensaje suyo era como que Dios me hablara al oído y me animara a seguir el camino. La JMJ fue una aventura llena de valentía que me dio más fuerzas para seguir a Dios.

Alexandra González

Diego Ligorría

Fue en una tarde aleatoria que decidí ir a la JMJ.

Cuando llegó la hora de partir, decidí que, si iba a vivirla, lo haría con mi mente y corazón abiertos. Lo necesitaba.

La búsqueda de Dios no es tarea fácil.

La semana en la diócesis de Varsovia fue grandiosa. Pude compartir con la familia Dbrowski y muchas personas increíbles.

Llegó la jornada en Cracovia y, aunque tuve problemas de salud, la disfruté con todo mi ser. Cada actividad estuvo cargada de significado para mi vida.

Pude reencontrarme conmigo mismo, reencontrar a Dios y disfrutar de cada uno de sus regalos. La lista es larga. Llevaré esta experiencia por siempre en mi corazón. ¡Ya no quiero ser un joven inerte!

Diego Alejandro Ligorría

 

 

 

 

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