Recuerde, sentir emociones como miedo, frustración, enojo, tristeza o ansiedad es totalmente normal. La situación actual de confinamiento, incertidumbre e indefensión que estamos viviendo por el brote de Coronavirus, es un estresor que está afectando la salud mental de buena parte de las personas, ya que está provocando una carga emocional intensa y en muchas ocasiones persistente, tanto en niños como en adultos. Esta carga emocional, produce incomodidad interna, y puede quedarse con las personas afectadas durante todo el tiempo que la cuarentena dure e inclusive después de que todo esto termine.


La Organización Mundial para la Salud (OMS) afirma que, si no se toman las medidas necesarias, pueden arriesgarse a un "aumento masivo de las condiciones de salud mental en los próximos meses" y que el impacto de la pandemia en la salud mental de las personas ya es extremadamente preocupante.


Algunas de las emociones que están sintiendo la mayoría de las personas afectadas de manera directa o indirecta por la pandemia son las siguientes:

Miedo: se siente miedo ante una situación que se percibe como nueva y amenazante, en este caso puede sentirse miedo a enfermarse, a las posibles consecuencias de la enfermedad, a la falta de recursos, a la falta de insumos básicos, a perder el trabajo, a perder un miembro de la familia.
Tristeza: la tristeza se da cuando enfrentamos una pérdida importante. En este caso, podemos sentirnos tristes cuando percibimos la ruptura de la cotidianeidad, cuando no podemos ver a los seres queridos o a los amigos.
Frustración: esta emoción se siente cuando se quiere hacer u obtener algo, pero no se puede. En este caso, puede vivirse la frustración cuando se tiene la sensación de pérdida de libertad, de dificultad en llevar adelante proyectos y actividades personales.
Ansiedad: se siente ansiedad cuando no sabemos qué pasará en el futuro, en este caso, la incertidumbre de no saber qué esperar de lo que se vive por la pandemia, de no saber cuándo acabará, de no tener la certeza de lo que pasará después, cuando todo esto termine.
Enojo: suele ocurrir cuando experimentamos la sensación de que está ocurriendo un hecho injusto. En este caso, podemos sentir enojo cuando vemos que otras personas no respetan la cuarentena o que algunas se aprovechan de la situación.


Como adultos, no resulta tan fácil identificar las emociones, nombrarlas ni expresarlas, porque la mayoría de personas tiene dificultades para hacerlo, sin embargo, es urgente que las personas aprendan a atender sus propias emociones y de esto depende que puedan lidiar con las de los demás. Esta situación, es de suma importancia en ambientes familiares, ya que, si los padres y madres no saben gestionar sus propias emociones, no podrán gestionar de manera efectiva las emociones de sus hijos.


Precisamente a esto se refiere la gestión emocional, a la habilidad de ser conscientes de las emociones que sentimos, aceptarlas y regularlas si es necesario. Por lo tanto, aprender a gestionar las emociones de manera efectiva, ayudará a mejorar la salud mental. Recordemos que las emociones tienen una función adaptativa importante. Son elementos valiosos en nuestra supervivencia: el miedo, por ejemplo, nos ayuda a protegernos contra el peligro y permite evaluar mejor situaciones de riesgo; el enojo, nos orienta a la destrucción de obstáculos en la consecución de nuestros objetivos; la tristeza permite integrar una pérdida o un daño en nuestra historia personal sin que nos produzca daño; y así cada emoción tiene su propia función.


A continuación, se presentan algunas sugerencias que pueden ayudar a la gestión emocional tanto en niños como en adultos:
1. Continuar accediendo a la naturaleza y a la luz solar siempre que sea posible.
2. Los niños tanto como los adultos, requieren mantener espacios de juego y diversión que promuevan emociones agradables.
3. Identifique pensamientos que puedan generarle malestar. Pensar constantemente en la enfermedad puede hacer que aparezcan o se acentúen síntomas que incrementen su malestar emocional.
4. Reconozca sus emociones y acéptelas. Si es necesario, comparta su situación con personas de confianza.
5. Cuestiónese: busque pruebas de realidad y datos fiables. Conozca los hechos y los datos fiables que ofrecen los medios oficiales y científicos y evite información que no provenga de estas fuentes.
6. Evite la sobreinformación, estar permanentemente conectado no le hará estar mejor informado y podría aumentar su sensación de riesgo y nerviosismo innecesariamente.
7. Lleve a cabo los hábitos adecuados de higiene y prevención que recomienden las autoridades sanitarias.
8. Ayude a su familia y amigos a mantener la calma y a tener un pensamiento adaptativo a cada situación.

Recuerde, sentir emociones como miedo, frustración, enojo, tristeza o ansiedad es totalmente normal, ello nos recuerda que somos humanos y que estas emociones son nuestras, por lo tanto, debemos aceptar que las estamos sintiendo y actuar para gestionarlas de manera adecuada, ya que de ello depende la salud mental nuestra y de los demás.

Por Ada Guardado
Psicóloga del Centro de Atención Integral a la Familia – CAIF – de FUSALMO

 

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