“Cuando los salesianos proyectan abrir una nueva obra educativa en alguna ciudad - menciona el sacerdote salesiano Sergio Checchi en su escrito El valor del patio en la educación salesiana- lo primero que calculan es si habrá suficiente espacio para canchas deportivas. Son necesarias las aulas, los talleres, la capilla..., pero no puede faltar un amplio patio para el juego”.

Con esta mística de Don Bosco, de educar a través de estos espacios pedagógicos, nace el oratorio salesiano, una experiencia formativa en la que prevalece el patio.

El valor del patio para toda obra salesiana, constituye no solo un espacio físico de sano esparcimiento, más allá de eso, se trata de un lugar privilegiado donde se da el encuentro entre personas, donde se da el diálogo, las relaciones humanas, de amistad; donde se comparten experiencias, valores y un ambiente pedagógico propicio para el aprendizaje.

En la presencia salesiana el oratorio es el educador mismo, dice Roberto Damas, salesiano cooperador y director de Pastoral Universitaria UDB, por tanto, la figura del educador se vuelve protagónica. “El educador es quien genera el ambiente, el que crea y adecua el patio, que puede ser cualquier lugar”; en definitiva, “es la manera en la que nos relacionamos”, afirma Roberto.

El patio para un salesiano es, dice Damas, habitar la vida y la cultura de los jóvenes de hoy, afirmación con la que se titula el primer capítulo del Cuadro de Referencia de la Pastoral Juvenil. Este capítulo tiene un carácter inspirador que aborda en un sentido amplio la realidad y expectativas de los jóvenes en su contexto actual.

Desde esa perspectiva existen dos elementos esenciales dentro de la figura del patio salesiano: la animación y el acompañamiento, “fruto de la pasión educativa que conduce a un modo de ser y estar en medio de los jóvenes”, cita el dicasterio para la pastoral juvenil salesiana en sus orientaciones para la pastoral en las Instituciones Salesianas de Educación Superior (IUS).

El patio podría constituirse como un espacio pedagógico donde prevalece, además de las relaciones humanas, un proceso de aprendizaje con metodologías adecuadas al contexto y a la persona.

En la Universidad Don Bosco promovemos el patio desde el acompañamiento, diseñando ambientes para hacer vivir en los jóvenes la experiencia educativa con carisma salesiano y desarrollar así sus competencias creativas. Cumple la premisa del sistema preventivo de Don Bosco de ser casa que acoge, parroquia que evangeliza, escuela que educa y patio donde encontrarse. Propicia un ambiente de relaciones entre los educadores, los jóvenes y toda su comunidad educativa.

En los nuevos escenarios virtuales de comunicación social, es decir las Redes Sociales, la presencia salesiana también promueve el ambiente de relaciones humanas, no se trata solamente de “estar presente”, más bien; se trata de “cómo estar presentes en ellas”.

En estas redes también se da la acción animadora, se cultiva un ambiente de amistad, respeto y diálogo. El educador UDB acompaña al joven en su proceso formativo y de desarrollo integral, contribuyendo con la construcción de su proyecto de vida.

Hoy por hoy, la Universidad Don Bosco ha adecuado su estilo de acompañamiento salesiano; procurando ir al encuentro de los jóvenes de hoy, en sus diferentes escenarios donde se desarrollan, incluyendo las plataformas virtuales donde pasan su tiempo.

La misión de la UDB seguirá siendo la formación para la vida de la juventud salvadoreña, adecuando sus herramientas pedagógicas al contexto actual, a los nuevos patios. Por ello impulsa constantemente más acciones de formación integral y acompañamiento en estos ambientes virtuales.