Como fermento Ida Arosemena de Jaramillo tiene doce años de trabajar en el Instituto Técnico Don Bosco, en la ciudad de Panamá. Es coordinadora de la sección de primaria.

En 1980 escuché por primera vez hablar de los salesianos. Fue al comienzo de mi trabajo con las Hijas de María Auxiliadora. Tenían ellas un oratorio y yo colaboraba allí. En 1981 me integré a las salesianas cooperadoras.

Llegué al ITDB en el 2011 por iniciativa del padre Carlos Vilanova, quien desde hacía años me insistía en que trabajara con ellos. Las hermanas se trasladaron a la localidad de Arraiján y ya no pude continuar ayudando en el oratorio. Entonces acepté la invitación del padre Vilanova. Desde el principio sentí que encontraba lo que siempre me ha hecho feliz: trabajar con niños y jóvenes.

He tratado de dar todo de mí. Con los salesianos he aprendido el sistema preventivo, que he adoptado en mi propia vida aplicándolo con mis hijos.

Con los salesianos he aprendido la perseverancia, la responsabilidad y el amor por los jóvenes, inspirada por la frase de Don Bosco: Dame almas y llévate lo demás.

Recientemente me enteré de que los alumnos y compañeros me dicen Mamá Margarita. Supongo que es por la edad y los años de servicio que tengo con los salesianos y porque conozco a las salesianas y los salesianos, además de mi colaboración y servicio que siempre he ofrecido en esta gran familia.

Me encanta de los salesianos su alegría. Yo soy alegre. Me siento a gusto el estar con los niños, vivir sus aventuras, sufrimientos, alegrías. Me esfuerzo por ayudarlos a ser buenos cristianos y honestos ciudadanos.

El ITDB es lo más importante de mi existir, gracias a mi amor a María Auxiliadora. En el 2020 estuve muy enferma, y doy testimonio de la interseción de María en mi vida. Ella lo ha hecho todo. Los salesianos me han inculcado el amor a María Auxiliadora. Por eso propago su devoción tanto en mi familia como en el colegio.

 

 

 

 

 

 

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