Los jóvenes están usando entre 15 y 20 apps Veo cada día con preocupación a más jóvenes que viven su vida a través de las pantallas de su celular, computadora y tablet.


Veo papás que los dejan allí porque ese es su mundo, porque ellos saben mejor de esas cosas digitales, ignorando ese ambiente en el que sus hijos navegan sin ninguna guía.


El Lic. Clemente De León, psicólogo clínico, se ha dedicado al estudio del comportamiento de los jóvenes en las redes sociales. Su herramienta se basa en encuestas en colegios y escuelas.
Gracias a este trabajo ha escrito los libros: Desenréd@te y Sextin. Este último es una guía práctica para padres de familia y educadores sobre los peligros en la red.

En una entrevista para el periódico Prensa Libre de Guatemala, afirma que los jóvenes están usando entre 15 y 20 aplicaciones. La más popular es Snapchat, porque la autodestrucción de mensajes en 24 horas les da un poco de seguridad. También está Instagram y SimSimi, que no es una red social sino una especie de robot con el que conversan. Las informaciones se van guardando para que estén disponibles para cualquier persona en el mundo que haga preguntas sobre cualquier tema.

Mientras tanto los adultos estamos interactuando en Facebook y WhatsApp. En sus investigaciones De León constató que el 100% de los jóvenes tienen Facebook pero lo usan para tener algo que mostrar a sus padres. Ellos saben que ahora papás, abuelos y educadores están en Facebook, entonces mantienen perfiles adecuados, pero se mudaron a otras aplicaciones para interactuar.

Ante esta realidad ¿qué hacemos? ¿Tenemos derecho a supervisar todo lo que los jóvenes hacen en la red? Lo correcto, dice el especialista, es liderar a los hijos. Es responsabilidad de los padres conocer todo lo que sus hijos están haciendo. No se trata de un régimen militar ni la psicosis de ver a cada minuto sus actividades, sino tratar de aprender y adaptarse a la tecnología como algo que ha llegado para quedarse.

Un primer paso es conocer las aplicaciones que sus hijos han descargado en sus teléfonos y hacer lo mismo. Entrar, interactuar, conocer para qué sirven y qué están haciendo los chicos allí.

El adulto no está comprendiendo los problemas como el acoso cibernético o la necesidad de ser populares en la red o la presión de grupo por tener celulares de última generación.

ciberbullying

79% 

de los estudiantes encuestados confesó que, si tuvieran problemas de acoso en las redes sociales, no lo dirían a sus padres.

 

Al estar involucrados en algún lío, casi siempre se termina en castigos de restricciones totales al uso de las redes o decomisar el celular. Esto hace que el joven no quiera acercarse a sus padres para confiarles sus problemas.
De León asegura que el problema es que los padres, los psicólogos, los educadores, y sacerdotes se han excluido de las redes y quedan incapacitados al no comprender las situaciones. Son ellos quienes podrían orientar a los jóvenes en estos ambientes, pero no pueden aconsejar sobre una situación desconocida.

La mencionada investigación pone en evidencia el deber de informarnos sobre el uso de las redes sociales así como conocer a fondo sus beneficios y sus peligros para poder guiar a nuestros jóvenes con conocimiento de causa.

En las mesas redondas tuvieron oportunidad de ampliar sus respuestas. El problema no es de confianza sino de las respuestas de sus padres ante estos problemas: “estoy viejo para este tipo de problemas, es una pérdida de tiempo”.

 

padresbloqueados

59% 

de los chicos no ha aceptado a sus padres como “amigos”.

 

45%

Bloquean a sus padres.

 

desvelados

71% 

de los adolescentes encuestados dijo que se ha desvelado por estar chateando entre las 2 y las 3 de la madrugada.



 

 

 

 

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