- Por Cardenal Oscar Rodríguez Maradiaga /
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Según el Foro Urbano Mundial de las Naciones Unidas, América Latina es la zona del mundo con la mayor desigualdad de la riqueza. Apenas el 20% de la población detenta casi el 60% de las riquezas y la cosa más triste es que este mal, que arrastra desde hace décadas al continente, no mejora sino que empeora con los años.
El actual sistema económico es un sistema injusto que produce desigualdad. El camino nuevo a seguir es la opción preferencial por los pobres. No hay que quedarse simplemente en discursos. La opción preferencial por los pobres debe apuntar hoy a los cambios necesarios en el sistema económico. Toca a los economistas hacerlo. A la Iglesia le corresponde enunciar los grandes principios sobre los cuales debe basarse la economía, como también lo que es el bien común, que es el principio que falta. El sistema económico actual busca el bien de pocos, ya sean países, empresas o grupos de poder.
- Por Luis Corral /
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Los antecedentes cristianos de la formulación de los Derechos Humanos (DH), son claros: “La dignidad de la persona humana procede de haber sido creada a imagen y semejanza de Dios” (GS 29). No siempre se reconoce esto. Paciencia. Pero lo que no podemos permitir es que se niegue.
Un diputado citó la Biblia en el Congreso para protestar contra la aprobación de los matrimonios homosexuales en Costa Rica.
Inmediatamente en la viñeta de uno de los periódicos locales aparecía alguien arrojando la Declaración de los Derechos Humanos en contra de este diputado, dibujado en actitud de leer la Biblia.
El mensaje era claro: “Los Derechos Humanos de la ONU nos defienden de las viejas extravagancias bíblicas”. Se presenta la Biblia como enemiga de los Derechos Humanos.
- Por Luis Corral /
- 1842
El Capítulo General 26 de la Congregación Salesiana, celebrado en Roma en marzo y abril de 2008 tuvo por tema: Da mihi animas cetera tolle. Es el lema de Don Bosco: ‘Señor, quiero almas para salvar; lo demás no me interesa’. En el núcleo llamado ‘nuevas fronteras de la pastoral juvenil’ se dice: Una particular atención hay que reservar para la situación actual de la familia.
En la parte destinada a analizar la ‘situación’ se dice: “La familia está amenazada no sólo por el confuso relativismo ético, sino también por procesos de deslegitimación institucional. Se llega hasta la disgregación y el reconocimiento de otras formas de uniones, con consecuencias graves en el plano educativo, como el abandono de los menores, las convivencias impuestas, las violencias inter-familiares”.
Es por eso que el Capítulo General lanzó como su línea de acción número 16 lo siguiente: “Asumir una atención privilegiada a la familia en la pastoral juvenil”.
- Por Luis Corral /
- 1846
Declaración de los derechos
del niño (ONU)
Este derecho no está tipificado en la Declaración de los Derechos del Niño, proclamada por la Asamblea General de la ONU, en su resolución 1386, del 20 de noviembre de 1959. En dicho documento ni siquiera se menciona la palabra ‘matrimonio’.
Derecho a nacer dentro del matrimonio (Magisterio eclesiástico)
Se trata de un derecho que está claramente implícito en la Ley de Dios cuando prohíbe la fornicación y el adulterio. Estas normas divinas no son ‘moralismo’ sino que pretenden defender el matrimonio y los derechos de los más débiles.
Para encontrar una clara formulación del derecho de los niños a nacer dentro del matrimonio acudiremos al Magisterio reciente de la Iglesia Católica.
- Por Rolando Echeverría /
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Equivocadamente se pensó en el pasado que el “bien” y el “mal” eran categorías que dependían de algo externo al ser humano.
En otras palabras, la moral se hacía depender de la ley, de lo que está mandado. No hay duda de que en esta concepción de una moralidad extrínseca jugó un papel importante la religión y su forma de educar la conciencia, basada sobre todo en el Decálogo.
Fue un pensador de la modernidad, Emanuel Kant († 1804), quien puso de relieve lo que él llamó la “moral autónoma”. Una acción no es buena o mala simplemente porque obedece a algo que está mandado o determinado por una ley exterior al sujeto, sino porque es algo que objetivamente perjudica o daña a la humanidad. Y el criterio para discernir está en la misma naturaleza humana.