- Por Abel Domínguez sdb /
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Admiro a las personas cuya vida interior refleja una profunda relación con Dios. Son personas que han hecho de la oración una costumbre y que su forma de estar y vivir en el mundo consiste en contemplar lo que les rodea con la mirada de Dios, en tomar decisiones desde el evangelio y en no alejarse de las situaciones cotidianas, porque es ahí donde se vive, se ríe, se llora, se ama, se peca, se trabaja y se reza.
- Por Abel Domínguez, sdb /
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Ponerse en forma no es fácil. Lo sabemos. Dicen que enero es el mes en que más personas se apuntan a los gimnasios. También dicen que en febrero desaparecen muchos de los que en enero empezaron con muchas ganas. Pues lo mismo puede ocurrir con nuestra vida de oración. Nos gusta, sabemos que es bueno, la necesitamos. Deseamos pasar más tiempo de oración charlando de tú a tú con Jesús. Cuando vivimos esos momentos, los valoramos como un tesoro, como un oasis en medio del desierto. Sin embargo, nos cuesta muchísimo mantener esos momentos en nuestro día a día.
- Por Abel Domínguez sdb /
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Estoy convencido de que en la vida hay puertas que hay que abrir y atravesar tarde o temprano. Bien porque han permanecido siempre cerradas o bien porque las abrimos en un momento de nuestra vida y no hemos vuelto a pasar por ellas
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