Guatemala, abril 2013.- Cada año la experiencia del posnoviciado se hace nueva por la comunidad que la conforma. Y junto a cada comunidad, llegan las distintas iniciativas, las enriquecedoras personalidades y las creatividades únicas según el momento y la confabulación de los astros.

Este año el comienzo estuvo marcado por el desencaje del tiempo de llegada. El grupo de tercer año comenzó en casa antes que todos los demás formandos, llegando a preparar los ambientes y las asignaciones. El grupo entrante, recién profeso en Colombia, llegó con dos semanas ya iniciadas de vida comunitaria, clases y demás.

Pero ni el tiempo, ni las complicaciones por tanta tarea, impidieron que la convivencia de este año se hiciera sentir tan cercana, amena y espontánea. En general, un clima de amistad y simpatía reinan en el ambiente y entre todos se ha hecho el esfuerzo por contribuir a este espíritu tan salesiano, tan juvenil.

Y no han faltado las tradicionales noches fraternas, paseos, retiros y “metidas de pata”. Cada una, a su manera, con lo propio, ha creado un posnoviciado rico en disposición, salesianidad y valores humanos.

Se puede decir que para la inspectoría se están preparando diez salesianos alegres, trabajadores y con el espíritu salesiano que los jóvenes esperan de la Congregación. Apoyados en la oración y el trabajo, este grupo promete una vida consagrada alegre.