tmredsocial1 Los seres humanos tenemos la tendencia innata de acercarnos a los demás para conocerlos mejor o darnos a conocer. Esto es un reflejo de nuestra condición de creados a imagen de Dios, que es Trinidad, comunión, comunicación.

De hecho, fuimos pensados por Dios como una sola familia, realidad que nos toca construir constantemente.

El instinto de comunicación nos lleva a buscar estar en contacto con nuestros semejantes. Este es un camino de maduración humana, ya que nos impulsa a ir más allá de nosotros mismos y entrar en relación con los demás.

Ser plenamente humanos solo se realiza en el amor, que es comunión con los otros seres humanos.

En esta perspectiva, los medios de comunicación social, incluidas las redes sociales, favorecen este contacto. Eso sí, en la medida en que sean vehículos de contenidos de calidad, que promuevan una cultura de respeto, de diálogo y de amistad.

La dignidad y el valor de la persona humana exigen que las redes sociales no sean transmisoras de palabras o imágenes degradantes y que no pongan en circulación todo lo que aliente el odio o la intolerancia.

Tampoco deben promover lo que envilezca la belleza e intimidad de la sexualidad humana, así como todo lo que contribuya a la explotación de los débiles e indefensos.

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