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contar con personas en quienes apoyarse en momentos de crisis puede ser muy beneficiosoHan transcurrido varios meses desde que los primeros efectos de la pandemia por el COVID-19 comenzaron a sentirse. Muchos han comenzado a retomar poco a poco sus actividades laborales mientras que otros, continúan en espera de su retorno; todos, sin dejar de lado las medidas de prevención y cuidado proporcionadas por las autoridades del Ministerio de Salud, porque la amenaza continúa. Durante este tiempo, cuando la pandemia por el coronavirus nos ha golpeado más fuerte, los malestares tanto físicos como emocionales se han dejado sentir con gran intensidad. Los malestares físicos más comunes han sido los dolores de cabeza, la pérdida de sueño, dolores de espalda y fatiga visual y entre los malestares emocionales han estado grandes cantidades de estrés, nerviosismo, miedo y ansiedad.

Testimonio de José Carlos, Comunicador Salesiano de Capilla María Auxiliadora, Granada, Nicaragua.La experiencia de comunicar en estos tiempos de pandemia ha cambiado radicalmente; implica transformar el mundo que ya conocemos a visualizarlo desde una pantalla y la misma liturgia ha tenido que verse comprometida. Esta situación, ha hecho que la palabra de Dios y su mensaje, vaya por las redes llegando de múltiples maneras, muy creativas de hecho.

Primero conozco el amor manifestado por Cristo, le correspondo con mi amor y confío en Él.Dios se ha comunicado con la humanidad a través de su Palabra. Pero la comunicación no es completa cuando algo ha sido dicho, sino cuando lo dicho es oído y cuando hay una respuesta.

Por más difícil que sea la situación que atravesamos, ésta pasará.Algunas de las situaciones que nos toca vivir, en especial aquellas que son muy dolorosas y que nos marcan la vida con un antes y un después como la muerte de un ser querido, una enfermedad grave, una infidelidad, dificultades económicas serias o, lo que vivimos actualmente por la pandemia del COVID-19 a nivel mundial con todas sus implicaciones: restricciones de movilidad, confinamiento, incertidumbre, temor a la enfermedad, altos niveles de estrés;

Recordemos que cada persona siente el dolor emocional a su manera, por lo tanto, las formas de dar respuesta a los acontecimientos negativos van a depender de cada una. Cuando los acontecimientos de la vida son más los negativos que los positivos, estos pueden llegar a superar nuestra capacidad de respuesta y comenzar a sumirnos en la desesperación o, dependiendo de nuestro estilo de afrontamiento, apartarlos de la mente y hacer de cuenta que no han ocurrido. Tanto la primera como la segunda forma de reaccionar son inefectivas, porque no nos llevan a afrontar el dolor que esa situación nos está produciendo y, por lo tanto, poder superarlo.

Practicar la solidaridad, implica comprender el dolor de quienes, por algún motivo, están en desventaja en este momento en particular.A nivel mundial se viven tiempos verdaderamente difíciles, a El Salvador le tocó vivir el doble. Y es que, como si no fuera suficiente todo lo que está pasando por la crisis del Covid-19, lo que implica un alto riesgo de contagio masivo, los hospitales no están dando abasto para atender a todas las personas que lo requieren, priorizando su atención a aquellos casos más graves; ahora se le sumó la tormenta tropical Amanda, la que en menos de 24 horas de su ingreso, puso en alerta roja al país, dejando mucho daño por inundaciones en diferentes lugares, siendo mayormente afectadas la zona occidental y la central.