Isidro Morán López tiene 60 años, 36 de ellos trabajando como jefe de servicios generales en el Colegio Santa Cecilia Isidro Morán López tiene 60 años, 36 de ellos trabajando como jefe de servicios generales en el Colegio Santa Cecilia. Esta es su sencilla y valiosa historia. 

Trabajo en el chaleco desde 1988. Mi hermano ya trabajaba aquí y me avisó que estaban buscando a alguien para trabajar en el colegio.

Yo tenía mucho miedo porque no sabía ni cómo escribir la letra o. Pensé que iba a hacer quedar mal a mi hermano. Pero decidí ir a la entrevista.

El día de la entrevista no quería salir de la casa. Mi hermano le contó al P. Luís Mangana que yo tenía miedo de hablar con él y mandó a alguien para que fuera a llevarme.

Yo pensé que ese colegio era como una escuela de las que había en mi cantón, pero cuando vi la inmensidad de ese lugar me afligí más.

Me temblaba el cuerpo, pensé que no podría contestar ninguna pregunta.
El padre sólo me dijo:¿cuántos años tienes?, 26 años, ¿hasta qué grado has estudiado? sexto grado, le contesté.

Me dijo que me fuera al área de primaria con mi hermano y allí había un muchacho muy bueno que me enseñó todo lo que tenía que hacer. Me puse “las pilas”, empecé a trabajar, y a los tres días el padre me mandó a llamar y me dijo que fuera a presentar la documentación necesaria porque el trabajo era mío.

Pasé nueve años en el área de primaria, luego en el área de electricidad, después, otra vez regresé a la primaria. Un día me llamaron porque el coordinador del equipo de limpieza se iba a jubilar. Me ofrecieron que ocupara ese puesto.

Estaba cerca el evento deportivo anual y me pusieron a coordinar a los compañeros de limpieza, eso fue una prueba. Después me dijeron que estaban satisfechos con mi trabajo y todo había salido muy bien. Me dieron ese puesto, el padre me subió el sueldo y comencé a ser el coordinador del área. Tenía un excelente equipo de compañeros.

He conocido a muchos directores, entre ellos el P. Evertz, P. Ballesteros, P. Chiu Fuentes, con su famosa orquesta. Recuerdo también al P. Darío Herrera y su escuela de padres, lo ayudábamos todos los fines de semana.

A veces nos quedamos trabajando hasta tarde y no olvido la vez que el P. Panezo nos llevó a comer y luego nos fue a dejar a nuestras casas. He tenido una vida muy bonita aquí.

Recuerdo también cuando el P. Heriberto Herrera me llevó de paseo a Costa Rica, una semana de vacaciones. Fui elegido entre todos mis compañeros. Fui muy afortunado y me sentí agradecido de tener esa oportunidad.

Lo que más he aprendido de los salesianos es a ser más educado. Yo vengo de un cantón y allá las cosas son diferentes, aquí aprendí a ser disciplinado, educado, con maestros y alumnos.

Este colegio es mi casa, paso más tiempo aquí que en mi propia casa, y me preocupa el día que tenga que irme. No podría contarles a todos los padres salesianos que he conocido, ni todo lo que he hecho y han hecho por mí, aquí los padres son excelentes, he aprendido mucho de ellos.

 

 

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