guitarrista Se le atribuye a Don Bosco la bella expresión: Una casa salesiana sin música es como un cuerpo sin alma. Es que Don Bosco tenía talante musical: tocaba bien el órgano, cantaba con buena voz, componía canciones religiosas. No por nada dejó una estela de salesianos que se desenvolvieron con maestría tanto en la ejecución como en la composición musical.



La pedagogía salesiana está empapada de música. No sólo porque ésta atrae naturalmente a niños y jóvenes (además de adultos), sino porque es un elemento educativo de primer orden.

Canto coral y banda musical eran imprescindibles en las fiestas del Oratorio de Don Bosco. Sus veladas musicales o ceremonias religiosas atraían un público de diversa procedencia: alumnos, bienhechores, autoridades civiles, amigos.

La ejecución musical, ya sea instrumental o coral, religiosa o festiva, jugaba un papel educativo sustancial en los ambientes juveniles animados por los salesianos.

Actualmente el culto a la música está adquiriendo un carácter explosivo gracias a la facilidad ofrecida por los recursos digitales, en especial internet. Es normal ver a jóvenes con el audífono puesto absortos en un mundo desbordante de música de toda clase.
La música ennoblece al ser humano. Desde la música religiosa o la música clásica hasta la música popular de calidad. Puede también pervertirlo con música vulgar y hasta diabólica. De ahí la importancia de educar a chicos y grandes en la apreciación de la música que ennoblece el espíritu humano.

El fenómeno de la universalización y masificación de la música (al alcance de todos y en todo tiempo) ha permitido que los amantes de la misma, además de ser consumidores, se lancen a reproducirla e, incluso, crearla. En el mundo católico hay un universo de cantautores de gran valía. Y así la música se vuelve vehículo precioso de evangelización.

Imaginamos el cielo como una fiesta musical sin fin. No por nada en la biblia abundan las alusiones al canto, la música y la danza como elementos esenciales de la experiencia religiosa.

Podemos anticipar ese clima musical celestial ya desde ahora abriendo oídos y corazón a ese maravilloso don recibido de Dios. Un Dios que es feliz.

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Boletín Salesiano Don Bosco en Centroamérica
Edición 259 Septiembre Octubre 2022

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