Cuando el P. Guerrino Giacomel llegó a Tegucigalpa, Honduras, captó de inmediato la situación dramática en que se encontraban los jóvenes de las clases populares: carencia de oportunidades de formación escolar y laboral. Su corazón salesiano sintonizó de inmediato con este gravísimo problema social y de inmediato echó a andar soluciones prácticas. Ya traía a sus espaldas realizaciones exitosas en Guatemala.
Entonces comenzó a surgir el Centro de Formación Profesional San Juan Bosco para cualificar técnica y profesionalmente a estos jóvenes, ellos y ellas, carentes de oportunidades.
La Institución Salesiana en Honduras ha continuado este feliz proyecto, ampliándolo en cobertura y calidad. El abanico de la oferta va más allá de una simple cualificación técnica. Promueve en ellos la formación en valores, habilidades para la vida, competencias laborales y orientación laboral que permitan al joven reinsertarse a la sociedad productiva del país.
Tan exigente proyecto educativo ha contado con la asistencia técnica y financiera de organismos de cooperación de Estados Unidos, Suiza, Alemania, Bélgica, entre otros.
El Centro cuenta con carreras técnicas como mecánica automotriz, industrial, de motocicletas, informática y soldadura. Ofrece también cursos técnicos como reparación de celulares, electricista, técnico en instalación de tablayeso, diseño gráfico, programación, redes y operario de restaurante. Otra opción son los cursos sabatinos: estilista, asistente de cocina, tapicería, soldadura, reparación de computadoras, mecánica automotriz.
La formación en valores es parte esencial de este proyecto educativo. Áreas como desarrollo humano, formación cristiana, computación, inglés, competencias laborales básicas y emprendimiento atienden las dimensiones humanas y cristianas.
Al concluir sus estudios, el Centro se interesa por vincular a sus alumnos a prácticas profesionales y empleo.
Durante más 35 años, el CFP SJB ha contribuido a mejorar la calidad de vida de más de 15,000 jóvenes de manera directa. A partir del año 2014, la población atendida ha crecido de manera sostenida, pasando de formar anualmente un promedio de 300 jóvenes hasta llegar a 1000 en un año lectivo.
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