bible Ni tan moderno, porque ya lo practicaban los monjes en los primeros siglos de la iglesia. Pero sí moderno en cuanto que casi se había olvidado dicho método, y ahora se está recuperando, para alegría y ganancia de los cristianos comunes y corrientes.


La expresión “lectio divina” suena a algo esotérico. Pertenece al latín. Esta era la lengua del pueblo cuando la iglesia comenzó a desarrollarse. Por tanto, no hay que poner mucho “coco” en esa expresión.

Lectio divina es básicamente orar con la Biblia. Es un método sencillo, al alcance de cualquiera. Se empieza por escoger un breve texto de la Biblia, preferentemente del Evangelio. Cualquier texto vale.

El método se puede simplificar en cuatro pasos:

Paso 1: Entro en el relato ¿Qué sucede allí?
Imagino lo mejor posible el ambiente real en que ocurrió la escena narrada. Me fijo en los detalles, también en los aparentemente insignificantes. Sobre todo, “veo” a Jesús actuando. Trato de revivir los sentimientos, las emociones de los protagonistas del evento.

Paso 2. Medito: ¿Qué me dice Dios a mí en este texto?
El Evangelio es perenne. Lo que allí se narra sucede también hoy. Sucede en mi vida. Me identifico con cada uno de los personajes y su reacción ante lo dicho o hecho por Jesús. Sobre todo, me identifico con Jesús. Sentir, pensar, actuar como Jesús. La vida cristiana consiste en asimilar a Jesús en mi persona. A eso se le llama “vida nueva”.

Paso 3. Rezo: ¿Qué le quiero decir yo a Dios según el texto?
Paso de la cabeza al corazón. Comento con Jesús todo lo que he descubierto en el texto meditado. Le pido su ayuda para vivir como él. Que el Espíritu Santo descienda sobre mí para tener el valor de incorporar en mi vida lo que Jesús me pide. Que no me acobarde ante la exigencia del Evangelio.

Paso 4. Actúo: ¿Qué haré como resultado de la oración?
Cómo traslado a un comportamiento concreto lo aprendido en el Evangelio. Qué nuevo estilo de vida ensayaré este día al lado de Jesús. Cómo serán mis nuevas relaciones con las personas que encuentre hoy. Cómo puedo ser misericordioso y compasivo hoy.

Saborear y escuchar. El Evangelio es “buena noticia”. Dónde está la buena noticia en ese texto de hoy. Dejarme sorprender gratamente por lo dicho o hecho por Jesús. Dar un puñetazo en la mesa, si es el caso, al descubrir la belleza de la oferta que Jesús nos hace.

Compartir