AR 8520__2012 Evangelizar no es ante todo una cuestión de nuevos métodos, de comunicación social, de conocimientos sociológicos, psicológicos y pedagógicos.

 

En la biblia, evangelio es un mensaje de consolación, de esperanza y de alegría. Pero es también un mensaje contra corriente, pues pone de cabeza la visual normal y el curso normal de las cosas. 

 

Los ricos, los disfrutadores y los poderosos no son llamados bienaventurados, sino los pobres, los afligidos y los perseguidos. Es pura locura desde un punto de vista humano.

 

Es la certeza de que Dios actuará poderosamente en la historia más allá de todo lo que podemos imaginar en este mundo.

 

Es el mensaje de la venida de la salvación mesiánica como reino de la paz, de la justicia y de la vida; la promesa de una paz universal y de un nuevo orden justo. Es la alegre noticia anunciada a los pobres.

 

Creemos firmemente que Cristo es el cumplimiento de ese mensaje. 

 

El evangelio no es una almohada cómoda o un consuelo barato. Es don de Dios y tarea del hombre. Libera nuestra libertad y la pone al servicio de Dios y de los demás.

 

El evangelio provoca un cambio radical de ruta y de orientación de toda la vida.

 

Evangelizar no significa solo enseñar una doctrina, sino proclamar con palabras y acciones al Señor Jesús. El es el reino de Dios en persona.

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