sanmiguelhonduras2 La vida de los cristianos conoce la experiencia de la alegría y el sufrimiento. Cuántos santos han experimentado la soledad. Cuántos creyentes son probados, también en nuestros días. por el silencio de Dios, mientras quisieran escuchar su voz consoladora.

Las pruebas de la vida permiten comprender el misterio de la Cruz y participar en los sufrimientos de Cristo. Son también preludio de la alegría y la esperanza a la que conduce la fe: “Cuando soy débil, entonces soy fuerte” (san Pablo).
Creemos con firme certeza que el Señor Jesús ha vencido el mal y la muerte. Con esta segura confianza nos encomendamos a él: presente entre nosotros, vence el poder del maligno.

La Iglesia, comunidad visible de su misericordia, permanece en Cristo como signo de la reconciliación definitiva con el Padre.

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