Los jóvenes han marcado su propia forma de mantener sus relaciones interpersonales Claramente la era digital ha cambiado la forma en la que se establecen las relaciones humanas, ya sea de amistad o amorosas. No es raro ver en los pasillos de una escuela, jóvenes en círculo, cada uno con su celular en mano, riendo a carcajadas, aunque no hablan entre sí, están compartiendo a través de sus dispositivos. Parece disruptivo. Sí, lo es y no dejará de suceder.

Los jóvenes han marcado su propia forma de mantener sus relaciones interpersonales, entran en videojuegos donde pueden interactuar con personas alrededor del mundo en tiempo real, y con los cuales hacen amistad.

No vamos a tocar aquí el problema de la seguridad, que es latente, sino solamente el tema relacional.

En 1995 sólo un 2% de los usuarios buscaba contactos amorosos o de amistad a través de Internet. El estudio del 2017 de los sociólogos Michael Rosenfeld y Sonia Hause, de la Universidad de Standford, y Reuben Thomas, de la Universidad Estatal de Arizona, asegura que el 39 por ciento de las parejas que se conocieron ese año fue gracias a Internet.

Sólo la red social Tinder, exclusiva para encontrar pareja, en sus 10 años de existencia ha logrado más de 500 millones de descargas en todo el mundo (78 millones fueron en 2021), además de 70.000 millones de matches (conexiones), según información de Google.

¿Amor de verdad?
Claudia conoció a Nelson mediante una aplicación de citas. Claudia no creía en este tipo de relaciones, lo hizo porque sus amigas le abrieron una cuenta y comenzó a investigar sólo por curiosidad. Nelson, por el contrario, quería encontrar el amor y apostó por la tecnología.

Siete años después, Claudia y Nelson han construido un hogar estable y una relación real y duradera gracias a un invento tecnológico, pero este caso no es la regla sino la excepción. La mayoría de las relaciones que se inician por contacto virtual no llega a buen término por la distancia o, muchas veces, por la falsedad en la información de los perfiles.

Sabiendo esto, podemos preguntarnos: En la época de la inteligencia artificial y los robots ¿será posible que una máquina sepa mejor cómo escoger pareja?

Parece que sí. Se le ha dado tanta información a la red mediante los perfiles de redes sociales, comercios virtuales y formularios en páginas web que estas aplicaciones pueden lograr algoritmos que hacen que las personas con intereses similares puedan conectarse.

Este hecho no es molesto ni raro para los jóvenes. Ellos están inmersos en un mundo virtual donde las interacciones a través de dispositivos electrónicos son parte fundamental de su vida diaria, es más, son una extensión de su realidad.

Seguramente los padres de familia no terminan de estar convencidos de que esta forma de comunicación y relación sea válida. Pero es así y no dejará de existir y potenciarse a medida que pasen los años y las tecnologías nos ofrecen más herramientas para interactuar. Aunque una parte de la sociedad no esté de acuerdo con este tipo de relaciones, eso no quiere decir que van a desaparecer. La gente está conociéndose, trabajando, entreteniéndose y haciendo su vida con el internet. Lo mejor es informarse para poder orientar a otros.

¿Cómo conectar?

El verdadero reto en una relación que inicia por la virtualidad es mantenerla. ¿Cómo se logra?

1. Conectar con autenticidad
Un desafío importante que enfrentan los jóvenes en la era digital es la tendencia a mostrar una versión idealizada de sí mismos en las redes sociales y otras plataformas en línea. La presión por encajar o destacar puede llevar a la falta de autenticidad en las relaciones interpersonales. El papa Francisco, en su encíclica "Fratelli Tutti" insta a "ser auténticos cuando estamos en línea". Mostrarse tal cual, sin filtros ni máscaras puede lograr que una relación amorosa o de amistad pueda ser duradera.

2. Responsabilidad en línea
Las relaciones también se ponen a prueba en cuanto a la responsabilidad que asumimos por nuestras acciones en línea. Las redes sociales pueden ser un lugar donde se difunden el odio, el acoso y la desinformación. Debemos ser responsables de nuestras palabras y acciones y promover un ambiente de respeto y comprensión mutua. En lenguaje salesiano se diría que debemos practicar la amorevolezza online y offline.

3. Tiempo de calidad en línea y fuera de línea
Demasiado tiempo en línea hace que se descuiden las relaciones cara a cara. Aunque las relaciones en línea pueden ser significativas, no deben reemplazar las interacciones en persona. El contacto humano directo, el compartir experiencias y el tiempo de calidad juntos son elementos esenciales para construir relaciones reales duraderas.

4. Tener presente la seguridad.
No todo lo que se ve en el perfil de una persona es cien por ciento verdad. Al conocer una nueva persona hay que asegurarse de que sea quien dice ser. No compartas datos íntimos de tu vida como tu dirección, cuentas bancarias, trabajo, etc. No te expongas a verte por primera vez en lugares que no conoces con una persona que acabas de conocer de forma virtual. Informa siempre a alguien de confianza dónde y con quién estarás. Confía en tus instintos: si sientes que la situación no está bien, no dudes en alejarte y pedir ayuda.

Mantener la autenticidad, ser responsables y encontrar un equilibrio entre lo digital y lo físico nos ayudará a construir relaciones significativas y amorosas en este mundo conectado que puede ser muy engañoso.

Compartir