Encuentro MJS. Del 21 al 26 de octubre tuve la oportunidad de vivir una experiencia inolvidable,  junto a tres  hermanos  representamos a El Salvador en el primer encuentro Interamericano de animadores de Movimiento Juvenil Salesiano que se llevo a cabo en la casa de espiritualidad María Auxiliadora en Cumbayá, Ecuador.

Fuimos 118 participantes entre Jóvenes, Salesianos e Hijas de María Auxiliadora  provenientes de diferentes inspectorías, países y culturas pero con algo en común: ardor apostólico por evangelizar educando y educar evangelizando. Durante los seis días se pudo vivir un ambiente de oratorio festivo que nos dejó claro a todos que Don Bosco vive y que junto a él veremos a Jesús.

Tuvimos la bendición de contar con la participación de Don Fabio Attard, Delegado Mundial para la Pastoral Juvenil; Don Dominic Sequeira, Responsable Mundial del MJS; Don Miguel Angel Morcuende, Don Rafael Borges; del dicasterio y Don Daniel García, delegado de la pastoral juvenil de la Inspectoría de MEM y referente para la región Interamérica. Además de todos los delegados de pastoral de Interamérica.

El objetivo de este encuentro  ha sido plantear los desafíos y líneas de acción principales para el Movimiento Juvenil Salesiano de la región por los siguientes cinco años. Mediante el  compartir experiencias y reflexionar sobre las necesidades actuales de la juventud se logró concluir que  nosotros, los miembros del MJS de Interamérica consideramos urgente trabajar en los itinerarios de formación, en la proyección socio política y en el acompañamiento de nuestros muchachos.

Interamérica es una región privilegiada ya que es tanto el trabajo por hacer que la oportunidad para hacernos santos se encuentra latente en nuestro día a día. Estoy seguro que hablo por todos los participantes al afirmar que la alegría vivida en estos últimos días solo se supera por el deseo de aplicar lo aprendido en nuestras inspectorías.

Agradezco a Dios por la oportunidad de participar de este gran evento que compartí con discípulos auténticos y apóstoles apasionados de más de una docena de países y me siento muy orgulloso de formar parte de un movimiento que nació con las primeras compañías en Valdocco y que ahora, a más de un siglo y medio sigue creciendo y contagiando a muchos jóvenes de esta gran propuesta de santidad: la espiritualidad Juvenil Salesiana.

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