San Salvador, El Salvador, 11 de junio del 2011.- Los salesianos que trabajan en El Salvador se congregaron en el Polígono Don Bosco para su retiro trimestral. A ellos se agregaron los jóvenes salesianos en formación que estaban de paso temporal en las diversas casas del país.

Fue un retiro de lujo, y por varias razones. Una, la principal, es que el Polígono Don Bosco, a pesar de estar situado en una barriada de notorio deterioro económico y social, representa un oasis moral y estético notable. Como quien dice, a los pobres se les debe ofrecer ambientes de calidad.

Otra razón para calificar de lujo al retiro fue la concurrida participación de los salesianos. El Salvador cuenta con casi la mitad de los sdb de la inspectoría. Añádase a eso los numerosos jóvenes salesianos que pasaban sus vacaciones cortas en casas cuscatlecas y se puede tener la idea de la vitalidad concentrada que se respiraba en el encuentro. Aunque por poco tiempo, pero se sentía la satisfacción de haber bajado notoriamente el índice de envejecimiento.

Además, la atención exquisita de los anfitriones. Comida y bebida de buen gusto… y gratis. Don Demetrio Marroquín pudo exclamar: “Este ha sido el mejor retiro de mi vida”. Si lo dijo él, por algo será.

Los afortunados participantes pudieron cultivar su elevación espiritual deambulando por un bosque que empieza a surgir, donde abunda gran variedad de árboles. El P. Giorgio se aventuró por ese bosque encantado y tuvo la desgracia de extraviarse… por poco tiempo. Dicen que se encontró con un lobo feroz.

Los sdb jóvenes se morían por probar la exquisita grama verde del estadio, pero el poco tiempo disponible no lo permitió.

La joya de la corona del Polígono es una artística baranda metálica elaborada por el P. Pepe y sus muchachos. Gaudí se moriría de envidia.

Ah… y también rezamos.