tm22Se dice por allí que la Iglesia católica aún se encuentra atrasada en el uso de los medios digitales para la evangelización. Este comentario puede ser fácilmente debatido al ver el despliegue informativo que provocó la beatificación de Juan Pablo II y la Jornada Mundial de la Juventud.

En el caso de la beatificación, el Centro Televisivo Vaticano (CTV) transmitió sin interrupción, creando una verdadera conexión mundial.

La JMJ en númerosSin ninguna intención de avivar la hostilidad, pero sí de dejar las cosas claras, el director financiero de la JMJ volvió ayer a desmentir uno de los principales ataques de las plataformas laicistas, que habían convocado una manifestación para la víspera de la llegada de Benedicto XVI, bajo el lema «De mis impuestos al Papa cero-Estado laico». Giménez Barriocanal explicó que «no existen partidas de los presupuestos del Estado, de la Comunidad de Madrid ni del Ayuntamiento para sufragar los gastos de la JMJ, por lo que las administraciones públicas no financian el evento».

presentacionLos católicos hemos pasado recientemente por la dolorosa y humillante tormenta de los escándalos debido a los abusos sexuales de parte de sacerdotes o religiosos. Tormenta que ha sido amplificada maliciosamente en los medios de comunicación internacionales y locales.

Nos ha dolido en el alma descubrir ese pozo negro dentro de nuestra comunidad. Y nos ha dolido también quedar expuestos a la luz pública bajo el ataque despiadado del sensacionalismo informativo.

La pesadilla nos ha ayudado a ser humildes, sinceros, compasivos. Y a comprender que somos una iglesia santa y pecadora. Santa por la gracia santificante que llega generosa desde Dios. Pecadora porque somos miembros débiles y frágiles, inclinados al mal como todo el mundo.

escandaloEl destape de los abusos sexuales de niños hechos por sacerdotes o religiosos en diversos países del mundo ha tenido la fuerza de una explosión atronadora.

De hecho, los medios de comunicación social se ocuparon de este tema con virulencia y, en algunos casos, hasta con saña.

No era para menos. De repente resulta que personas de supuesta espiritualidad cultivada y guías morales de la comunidad aparecen con un trasfondo moral aborrecible. La reacción de rechazo y escándalo es, entonces, explicable.

Lo que no es explicable es el sesgo generalizador que dieron casi todos los medios de comunicación social al terrible problema.

santa“Toda la Iglesia aparece como un pueblo reunido en virtud de la unidad del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”. (Concilio Vaticano II)
La Iglesia es una institución humana y divina. Como institución humana, está formada por seres humanos con toda su carga de grandeza y debilidad. Sus componentes son pecadores llamados a vivir la santidad de Dios.

La Iglesia tiene estructuras propias de toda organización situada en la historia. Estructuras que pueden evolucionar o estancarse en sus diversas fases históricas.
Pero el alma de la Iglesia es otra. La iniciativa de su fundación viene de Cristo, quien permanece en ella a lo largo de los siglos.

luzLa Iglesia, el cristiano y sobre todo el papa, debe contar con que el testimonio que tiene que dar se convierta en escándalo, no sea aceptado, y que, entonces, sea puesto en la situación de testigo, en la situación de Cristo sufriente.
Benedicto XVI

Jesús utilizó el símbolo fuerte y elocuente de la luz para identificar a su comunidad de discípulos.

La Iglesia tiene como misión iluminar al mundo. Tarea retadora, pero arriesgada.

Iluminar implica echar luz sobre las tinieblas que oscurecen la vida de los hombres. La Iglesia es portadora de Cristo, luz del mundo. Una luz poderosa, capaz de desterrar las tinieblas.

laicosAntes del Concilio Vaticano II, la Iglesia era identificada con el papa, los obispos y los sacerdotes. Más allá de ese grupo selecto se extendía en la penumbra una masa informe de fieles. Era la visión clericalista de la Iglesia.
Ese Concilio tuvo el mérito de apuntar los reflectores hacia el Pueblo de Dios, como expresión genuina de la Iglesia. Pueblo de Dios, cuyo componente básico lo forman los laicos. Para promover el crecimiento cristiano de los laicos es que existen algunos servidores, clasificados jerárquicamente: diáconos, sacerdotes, obispos y el papa.