Dante

Aniversario 50 años

En su ya larga historia salesiana en Centro América, la congregación salesiana de Italia ha contribuido generosamente enviando numerosos salesianos italianos a este istmo.



Podemos decir con corazón agradecido que hemos recibido grandes salesianos de la tierra de Don Bosco, quienes cimentaron con inteligencia, tesón y creatividad la actual inspectoría.

Uno de estos salesianos tesoneros que siguen construyendo la inspectoría es el padre Dante Della Gáspera. En esta ocasión lo recordamos con gratitud porque se encuentra celebrando sus cincuenta años de sacerdocio.

Si bien todos tenemos una personalidad completamente original, la del p. Dante es originalísima. Hombre de una sola pieza, recio como un roble, transparente en su estilo de vida es el amigo de todos. Apasionado por la educación salesiana de los jóvenes, ésta ha sido la tarea absorbente a lo largo de su vida.

A Don Bosco se le atribuye el dicho: “Me basta que sean jóvenes para amarlos”. El padre Dante ha encarnado a fondo este salesianísimo lema. Siempre con los jóvenes en el aula, en la iglesia, en el patio.

El p. Dante nació el año 1944 en Fontanafredda, provincia de Údine, al norte de Italia. Con sus frescos once años entró a la casa de Don Bosco en Bagnolo donde se empapó del clima salesiano durante seis años. En 1961 llegó a El Salvador para iniciar la formación salesiana en el noviciado de Ayagualo donde profesó como religioso salesiano el año 1962.

En Cartago, Costa Rica, se estrenó como educador con los jovencitos que soñaban con ser salesianos.

Su formación religiosa salesiana la desarrolló en San Salvador y Guatemala. Aquí fue ordenado sacerdote en 1972. Ha dejado huella de educador-pastor en El Salvador, Guatemala, Panamá, Nicaragua. Estos dos últimos países se han llevado la parte del león.

Como genuino salesiano no tenía empacho en cambiar su permanente sotana blanca por la pantaloneta deportiva cuando se trataba de competir en vigorosas partidas de basquetbol.
Hombre justo y recto a carta cabal, amigo de todos, trabajador tenaz, apasionado por la vida salesiana, sus compañeros se enorgullecen de tenerlo como hermano.

Las palabras de Jesús acerca de Natanael vienen como anillo al dedo si se aplican a nuestro p. Dante: “Este es un verdadero israelita en quien no hay doblez”.




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