pcatedral Este año 2012 es de gran significación para la vida del presbítero José Mauricio Catedral Lara, sacerdote salesiano de Don Bosco. El próximo 17 de noviembre celebrará sus bodas de diamante sacerdotales, sus 60 años de fidelidad a sus promesas sacerdotales, el 12 de diciembre sus 70 años de profesión religiosa en las filas de Don Bosco y el 22 de diciembres sus 90 años de feliz existencia.

Tres acontecimientos que nos hacen glorificar a Dios Trinidad. En primer lugar, al Padre, el don de su vida, a Jesucristo su vida sacerdotal, pues se hizo sacerdote para siempre como él, y al Espíritu Santo su consagración al Señor.

El P. Catedral nació en Zacatecoluca, El Salvador, el 22 de diciembre de 1922 en un sencillo y cristiano hogar formado por Pablo Catedral y Narcisa Lara. Es el segundo de tres hermanos.

A finales de los treinta llegó una misión salesiana a Zacatecoluca formada por estudiantes de teología que, con su carisma especial y singular alegría, se ganó el corazón de jóvenes y niños. Al muchacho José Mauricio le propusieron hacerse sacerdote salesiano y este aceptó. Entró en el aspirantado salesiano el 15 de enero de 1939 y ahí empezó su caminar en la congregación salesiana.
El 12 de diciembre de 1942 hizo su profesión como salesiano y, después de diez años de estudio y trabajo, fue ordenado sacerdote el 17 de noviembre de 1952.

Durante los próximos sesenta años de sacerdocio y setenta de profesión religiosa ha trabajado en casi toda Centro América y ha ocupado cargos de responsabilidad, que ha ejercido con gran disponibilidad, sencillez y serenidad. Su ministerio sacerdotal se ha visto marcado por la obediencia. La obediencia ha sido para él un lema de vida.

Son muchos también los apostolados que ha apoyado o ha gestado para que el Reino de Dios se difunda. Su hojita mensual nos presenta un mensajito y la vida de los santos.

Ameno en su conversación, agudo en muchas ocasiones, es un ejemplo de salesianidad. Cada anécdota de Don Bosco la narra como si hubiera sido testigo directo. Su palabra al oído, su recorrer los patios y estar atento a qué pasa en casa son características que nos hacen admirarle y nos impulsan a imitarle.

Su acción de gracias en sus 25 años de sacerdocio es conmovedora y hasta profética si la relacionamos con los sufrimientos que en la actualidad padece este ministro de Dios: “Gracias, Señor, porque tuyo es el éxito logrado y en el fracaso no me has abandonado. Tu cruz redentora envuelva y selle con la luz y la abundancia el resto de mi vida. Bendíceme y bendice a todos los que amo y guárdanos a todos para siempre en tu corazón divino”.

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