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"Había una vez un cuento cortito, de aspecto chiquito, letras pequeñitas y pocas palabritas. Era tan poca cosa que apenas nadie reparaba en él, sintiéndose triste y olvidado. Llegó incluso a envidiar a los cuentos mayores, esos que siempre que había una oportunidad eran elegidos primero.

 

Pero un día, un viejo y perezoso periodista encontró un huequito entre sus escritos, y buscando cómo llenarlo sólo encontró aquel cuentito. A regañadientes, lo incluyó entre sus palabras, y al día siguiente el cuentito se leyó en mil lugares.

 

Era tan cortito, que siempre había tiempo para contarlo, y en sólo unos pocos días, el mundo entero conocía su historia. Una sencilla historia que hablaba de que da igual ser grande o pequeño, gordo o flaco, rápido o lento, porque precisamente de aquello que nos hace especiales surgirá nuestra gran oportunidad". Pedro Pablo Sacristán.

 

La persona es un ser que vale en sí mismo y por sí mismo. Es la creación más perfecta de Dios y a diferencia de los animales tiene la capacidad de razonamiento y de decidir la manera en la que llevará su vida y sus emociones.

 

Cada uno es único e irrepetible con dones que deben descubrirse para poner al servicio de los demás. Constantemente el humano olvida cuanto vale, olvida que fue creado a imagen y semejanza de Dios y Él todo lo hace perfecto.

 

¿Alguna vez te has sentido triste por cómo eres?

elfetoDesde el nacimiento de la primera bebé probeta en Inglaterra en 1978, experimentos similares a través de técnicas cada vez más avanzadas en todo el mundo resultaron en otros 29 mil niños concebidos de manera artificial, como parte una "industria" que comienza a ser cada vez más cuestionada por sus protagonistas.

 

La primera. Louise Brown es la primera bebé probeta del mundo y nació como resultado de los experimentos del profesor Robert Edwards y el doctor Patrick Steptoe, los pioneros británicos en la técnica de unir un espermatozoide y un óvulo para obtener un cigoto en el laboratorio e implantarlo en un útero femenino. La técnica, algunos años después, dejaría de emplearse sólo para "ayudar a parejas estériles" para convertirse en un lucrativo negocio cada vez más perfeccionado científicamente.

 

¿Avances? Mientras en la concepción natural varios cientos de millones de espermatozoides tratan de ingresar a un óvulo y finalmente sólo uno –el más apto- puede fecundarlo, técnicas como la microinyección de esperma dan a los especialistas la facultad de seleccionar qué espermatozoide determinará los rasgos del bebé. El desarrollo de esta técnica, que desde 1992 permite la fecundación en un microscopio a través de la inyección directa de un espermatozoide a un óvulo, ha hecho que hoy sea muy fácil obtener embriones con características específicas aunque muchas vidas se pierdan en el camino.

 

Si bien al comienzo los óvulos fecundados eran colocados rápidamente en el útero femenino, la criotecnología ha desarrollado métodos para mantener vivos los embriones congelándolos hasta que alguna pareja decida continuar con su ciclo de vida. Sin embargo, no todo es tan simple, pues muchas veces los embriones no son reclamados por sus "dueños" y éstos deben ser "desechados", es decir muertos.

 

Un drama. A sus veinte años, Louise se siente "orgullosa" de tener la distinción de ser la primera bebé lograda por inseminación artificial y afirma que desde los cuatro años -cuando se enteró que era una hija probeta- se siente contenta de que sus padres hayan recurrido a este método para engendrarla y que hayan repetido la técnica con su hermana menor, Natalie, ahora de 16 años. Sin embargo, el caso de Louise no se repite con frecuencia entre los hijos probeta, que suelen enfrentar un auténtico drama existencial al enterarse de su origen. Uno de éstos es el de Margaret R. Brown, una joven y brillante estudiante de biología engendrada in vitro con el aporte de un donante anónimo en Estados Unidos.

 

Su historia. "Tengo un sueño recurrente: me veo flotando en medio de la oscuridad mientras giro cada vez más rápido en una región sin nombre, fuera del tiempo, casi no terrenal. Me angustio y quiero poner los pies en el suelo. Pero no hay nada sobre lo que plantar los pies. Esta es mi pesadilla: soy una persona engendrada por inseminación artificial con esperma de donante y nunca conoceré la mitad de mi identidad". Este es el testimonio con el que Margaret conmovió al mundo algunos años atrás.

 

El golpe. Tras conocer el modo en que la concibieron, Margaret decidió denunciar el trauma de ser hija probeta. "Siento rabia y confusión y se me plantean miles de preguntas: ¿De quién son los ojos que tengo? ¿Quién puso en la cabeza de mi familia la idea de que mis raíces biológicas no importaban? No se puede negar a nadie el derecho de conocer sus orígenes biológicos".

 

La fecundación. Es muy probable que el proceso de fecundación de Margaret haya empezado igual que los otros, con la selección del donante de esperma, que debe cumplir con las usuales características requeridas por los virtuales clientes, es decir el color de ojos, piel o cabello.

 

Según Margaret afirmó, de acuerdo a sus propias investigaciones, "a menudo se hacen varias pruebas con un donante distinto cada vez, hecho que hace prácticamente imposible determinar quién es exactamente el padre biológico, más aún cuando después de la donación se eliminan los registros". Al mismo tiempo, se obtienen varios óvulos de la madre y entonces se realiza la fecundación artificial. "Generalmente se realizan varias inseminaciones como si fuera una especie de lotería de fecundación para obtener mejores resultados", explica Margaret.

 

Bebé olvidado. Según Margaret, el problema radica en que "la inseminación artificial responde al interés de la intimidad de los padres y del médico, en vez de al interés del niño… Pero un hijo no es una mercancía ni una propiedad, es una persona que tiene sus propios derechos".

 

No cuenta. Para Jacques Testart, el primer investigador francés en practicar una inseminación artificial, este argumento nunca preocupó a los impulsores y empresarios de la fecundación in vitro, que han sabido explotar el deseo de hijos en matrimonios estériles o mujeres solas para asegurar sus propios intereses.

 

Desde hace varios años Testart se opone rotundamente a estas prácticas "porque no respetan las normas morales y llevan a tratar al ser humano como una mercancía y no como una persona", algo que tristemente se comprueba día a día a una escala cada vez mayor.

Se está cayendo en el escollo de convertir la libertad universal en un libertinaje generalizado

Quizá nunca en la historia de nuestro mundo se ha hablado tanto de libertad como en nuestros días. Tal vez porque nunca hubo tan poca. No me estoy refiriendo a los regímenes totalitarios ni dictatoriales, ni siquiera a las oposiciones económicas. Aludo a la continua mordaza que todos los días nos meten los medios de comunicación en nuestros hogares... Y todavía se sigue pensando que somos plenamente libres en nuestras ideas.

El bombardeo de los mass-media y de las grandes fuerzas políticas nos van dando la sopa cotidiana de una ideología en la que el pensar por cuenta propia es el mejor tesoro que podemos poseer. No sabemos quién nos fabrica la papilla mental de la que vivimos, pero sabemos que la comemos.

Es inútil dar un grito ensordecedor reclamando ¡libertad!, las fuerzas externas a nuestra propia persona son un fardo oneroso –que si lo permitimos- nos impiden incluso pensar con libertad.

Hoy se habla de libertad y se seguirá hablando de libertad por todas partes, pero quizá no nos damos cuenta que esa "libertad" que poseemos -en mayor o menor medida-, nos la puede ir enturbiando nuestro mundo "color de rosa".

Existe entre los hombres un buen número de los que acogen a la libertad "en casa" como un huésped más; pero hay un número aún mayor que no sólo la acogen en casa, sino que la usan de tal forma que incluso llegan a meterla en una bolsa de basura y depositarla fuera -para que la recoja el camión del ayuntamiento- si no se acopla a su persona, si no se identifica íntimamente con su . Es así como la libertad personal se convierte en no pocos casos en libertinaje.

Hay que llegar a comprender que la libertad es un elemento constitutivo de la acción específicamente humana, en virtud de la cual la voluntad no elige necesariamente una de las varias opciones que le ofrece el entendimiento, sino que elige cualquiera de ellas o simplemente ninguna. Es decir se es libre en la elección.

Se pueden distinguir diversos tipos de libertad; la libertad física, que es la capacidad de actuar porque no existen impedimentos físicos. Se trata de la libertad que recobra el encarcelado cuando sale de su prisión, o la que recupera el enfermo que estaba por una dolencia que le ataba al lecho.

Del mismo modo, existe otra esfera de actividades y de impedimentos, y es el campo del llamado "mundo moral". Esencialmente no es el mundo del ser y del no-ser, sino del bien y del mal. Con sus categorías de lo mandado, de lo prohibido y lo permitido. En esta esfera o estrato es donde aparece la libertad moral. Aquel enfermo que había estado en el lecho, al recobrarse de su enfermedad, recupera su libertad física; pero sigue obligado por los vínculos morales, y por eso no es libre moralmente para mentir o dañar al prójimo.

Esta libertad física puede faltar o puede sentirse atada por algún impedimento que le venga de fuera de su ser, de algo exterior al hombre. Y al estar libre del impedimento se llamará libertad de coacción. O bien el impedimento puede originarse dentro del mismo hombre, y en este caso su carencia sería la libertad de necesidad.

Todo ser humano que forma parte de ese mundo físico y moral se halla envuelto por múltiples esferas. Tales serían, entre otras, la atmo-sfera, la hidro-sfera, la termo-sfera, la bio-sfera y la noo-sfera, de la que tanto escribió Teilhard.

Es innegable que en nuestro mundo se busca la libertad, que se quiere ser libre en plenitud. Este anhelo de libertad que todos llevamos en nuestro ser puede perder la brújula e irse a la deriva cayendo en el libertinaje más horroroso.

Me remito a lo que se ve en la televisión. El derecho de libre expresión se ha convertido en un argumento para sacar en televisión todo tipo de basura, violencia, malos tratos, escenas que sólo los muy mayores pueden resistir.

Me parece a mí que se está cayendo en el escollo de convertir la libertad universal en un libertinaje generalizado.

Es tal el influjo de los medios de comunicación que no sólo nos hacen la papilla del libertinaje, sino que incluso nos la ponen en la boca, quedando para nosotros el "fatigoso" trabajo de tragarla inconscientemente.

Creo que a estas alturas de la vida no hace falta refrescar mucho los atropellos de los que "poseen su poder personal" y "son libres y dueños de sus actos". El delito de privar al prójimo de su libertad injustamente -se entere o no- es suficiente.

Han habido luchas por la libertad bien entendidas como la de Juana de Arco; pero ha habido otras muchas no justificadas y que ni siquiera vale la pena enunciar.

La libertad no consiste en una total autonomía, sino que desde sus orígenes está asociada a un orden legal, bien sea natural o positivo.

Pero el conformismo actual se ha vuelto la gran ley del mundo y son cada vez más los seres que abdican de su libertad de pensar a cambio de que les garanticen la libertad de pensar igual que los demás y así, según ellos, "no hacer el ridículo".

La moda uno de los ídolos más estúpidos. Pero por su apariencia alegre e inofensiva es quizá el que tiene más seguidores. Es fanático y dogmático. Quien no hace caso a la moda es marginado de la sociedad. Es ídolo irracional e impuesto, pero funciona.

Niega la verdad objetiva, la estabilidad de la naturaleza, los principios inconmovibles de la moral. Incluso niega que la naturaleza humana sea algo terminado y proclama que es dependiente de las transformaciones sociales (por eso muchas veces está en manos de gente sexualmente promiscua, ambigua o cambiante).

Seguir la moda con obsesión niega la capacidad del hombre a definir, porque definir es la negación de la evolución y del progreso. Niega la capacidad del hombre a conocer las esencias, pues una cosa que ayer era hoy ya no es.

Por eso los hombres debemos quedar libres incluso de la propia naturaleza humana, de la moral, de los principios, y adaptarnos a los cambios, aceptarlos y asumirlos porque no hay otra alternativa. La Moda se establece sobre la base de un anonimato. Se sigue una fuerza ciega, pero omnipotente.

¿Y tu te dejas llevar por la moda?

¿Hay delito de homicidio cuando se da muerte al agresor injusto en legítima defensa privada? ¿Es lícita la autoprotección o protección privada de la vida? ¿No habrá, al ejercerla, usurpación o atribución abusiva de facultades que corresponden al Estado? ¿No se quebrantará, y gravemente, con el «no matarás» del Decálogo y el mandamiento del amor al prójimo del Nuevo Testamento?

En favor de la licitud de la legítima defensa, aun cuando la misma lleve consigo la muerte del agresor, se aducen los siguientes argumentos: el de la conservación de la propia vida, como exigencia natural y primaría; el de la colisión de derechos, que da mayor rango a los del agredido que a los del agresor; el de la seguridad social, que exige en todo caso una acción defensiva contra la acción ofensiva violenta.

La opinión que estimamos más acertada, la legítima defensa que, en ocasiones, es, sin duda, un derecho heroicamente renunciable, en otras es una obligación a la que no es lícito renunciar.

La legítima defensa, en tales supuestos, es un derecho-deber, sagrado y verdadero, como dice Charrará, o más bien, un derecho que nace de un deber.

León XIII, dijo que hay circunstancias en que «la resistencia es un deber». La legítima defensa será un derecho, como lo es, sin duda, ofrecer la otra mejilla.

¿En la situación de violencia que viven los países de CA será legítima defensa aprobar la pena de muerte?

Un número cada vez mayor de personas son infieles a sus parejas. No importa la extracción de clase social, la cultura o el nivel educacional, dadas ciertas condiciones, cualquiera puede caer en el juego de la aventura “prohibida”: a veces Eros flecha por la espalda.

Los consultorios de psicología están repletos de personas que creyéndose intocables terminaron involucradas en la más  retorcidas aventuras o en relaciones de amantes especialmente complejas y difíciles de terminar.

Los individuos que sostienen vidas  paralelas, pareja/amante, suelen estar atrapados por un conflicto aparentemente irresoluble  porque lo quieren todo: “No soy capaz de dejar mi amante, ni dejar mi pareja…”. Y mientras la indecisión se mantiene, la contradicción se agudiza.  

En lo más profundo de su ser, los que han abierto sucursales afectivo/sexuales, quisieran unir a sus dos “medias naranjas” mágicamente y crear un Frankenstein amoroso que resuelva la esquizofrenia emocional. Lo que llama la
atención es que la mayoría cree que el milagro es posible.

El conflicto inmoviliza e idiotiza, los envuelve en un limbo donde nada prospera y los aspectos más vitales de la vida, quedan suspendidos o funcionando a media máquina opacados por una pasión o un “amor” fuera de serie.

La infidelidad es la principal causa de divorcio y maltrato conyugal. Es motivo de depresión, estrés, ansiedad, pérdida de autoestima y una gran cantidad de alteraciones psicológicas,  es el lado más traumático del amor descarrilado.

¿Qué es ser infiel?: romper traicioneramente un acuerdo efectivo/sexual preestablecido. Todo comportamiento infiel tiene una dimensión ética, que no podemos escabullir, porque entre otras cosas, lo que más duele es la mentira y la trampa de la persona amada.

La persona infiel, bajo los efectos de enamoramiento o de la atracción sexual suele ser víctima de una mutación, una transformación radical en sus principios, en sus metas y motivaciones básicas, de allí que el engañado o engañada consideren que su pareja “ya no es la misma”. La infidelidad afecta a todos los implicados y no para bien, no queda títere con cabeza y todo vuela por los aires.

Considerando la importancia del tema y sus tremendas implicaciones para la salud mental y la supervivencia de la estructura familiar, es apenas natural que se intente prevenir el comportamiento infiel.

Esto no significa que uno deba insistir y persistir irracionalmente en una relación de pareja enfermiza o sufriente, sino que hay métodos mejores y más inteligentes que buscarse un sustituto para compensar el déficit; una separación bien llevada siempre es mejor que una vida repleta de engaños.

La excusa que afirme: “Tengo amante, porque mi pareja es un desastre”, no tiene mucho sentido, porque si es “un desastre”, ¿para qué seguir allí? ¿No sería mejor ser libre para estar con alguien que valga la pena y sin infidelidades?

La mejor manera de prevenir la infidelidad es conocer su dinámica, desprenderse de los mitos que la rodean, entender cómo se nos cuela y descubrir las causas que la ponen en funcionamiento.

Este conocimiento “sustentado”, junto a una actitud realista frente al problema, nos llevará  a una conclusión interesante: para ser fiel hay que mantenerse en un estado de “alerta naranja”.

La fidelidad no es ausencia de deseo (nadie puede asegurar que nunca le gustará nadie más), sino producto de la voluntad y una decisión consciente.

En otras palabras: la fidelidad es autocontrol y evitación a tiempo. Cuando sospechamos que alguien puede llegar a gustarnos de verdad (en el sentido de movernos el piso)  o cuando sentimos el primer pinchazo de la
atracción y no queremos  ser infieles, la mejor opción es alejarnos de la tentación y no jugar con fuego.

Resulta paradójico  que sean  precisamente  las  personas que se perciben a sí mismas como radicalmente “incorruptibles” las que más probabilidades de enredarse en amores clandestinos ¿La razón?: la mayoría está convencida que el amor les provee una armadura a prueba de encantos y los hace inmunes a la infidelidad.  
Insisto la fidelidad es un acto de la voluntad y no del corazón.

Hoy en día muchos escogen la cohabitación (convivencia en pareja) en lugar del matrimonio como primera forma de convivencia con la persona amada. Algunos deciden vivir así para siempre; muchos acuden al matrimonio después de esta experiencia y, en cualquier caso, parece que es una fórmula que resulta atractiva a muchos jóvenes de hoy.

 

Los estudios que están apareciendo, en la actualidad, sobre la cohabitación indican que la cohabitación antes del matrimonio aumenta el riesgo de divorcio una vez casados. Parece que la cohabitación puede cambiar la actitud de la pareja ante el matrimonio. Las personas que cohabitan son menos entusiastas ante el matrimonio y la paternidad. La institución del matrimonio les atrae menos y, cuando se casan, parece que tienen menos éxito y son más favorables al divorcio. La cohabitación seriada le hace a uno cambiar más fácilmente de pareja antes problemas que, de otra manera, podrían solucionarse con un esfuerzo de ambos, porque uno se puede acabar acostumbrando a las rupturas. El nivel de “certeza” o de “seguridad” sobre esas relaciones acaba siendo menor.

 

No parece que se aprenda a amar mejor con múltiples experiencias y estas experiencias son, por el contrario, previctorias de fracaso en el futuro. Algunos estudios indican que cuanto más larga es la experiencia de cohabitación, más se fija la costumbre/norma de “bajo nivel de compromiso” y esto dificulta el mantenimiento del compromiso del matrimonio si se casan.

 

No podemos negar que hay una diferencia entre personas que viven juntos teniendo la intención de comprometerse para siempre (existe en este caso la voluntad de perdurar si bien no lo han hecho de un manera explícita) y aquellas sin dicha intención. Sin embargo, se diferencian del matrimonio en la fuerza y validez que indiscutiblemente da el compromiso solemne ante terceros.