San Pedro Carchá, septiembre 2024. El pasado sábado 14 de septiembre, se celebró un acontecimiento de gran magnitud, trascendencia e importancia para el Centro Don Bosco, Misioneros de Cristo Buen Pastor y, en especial, para Padre Antonio de Groot. En el corazón de Alta Verapaz, nació un nuevo sacerdote destinado a seguir en su misión como Buen Pastor, siguiendo el ejemplo de Jesucristo.
La comunidad de Misioneros de Cristo Buen Pastor celebra con mucha emotividad la ordenación presbiteral del Misionero Oswaldo Tiul Caal, un joven comprometido con su fe y la misión pastoral. La ceremonia tuvo lugar en la Aldea San José Campur de la parroquia de San Pedro Carchá, Alta Verapaz, con una desbordante concurrencia de fieles, que participaron con alegría y devoción en este magno evento. Entre los presentes se encontraban sacerdotes de la Diócesis de Verapaz, la congregación salesiana, religiosos, estudiantes del Centro Don Bosco, y representantes de las comunidades circundantes, especialmente de la comunidad Sejoc, de la que proviene el nuevo presbítero. La jornada estuvo marcada por diversas manifestaciones de fe, como procesiones, dramatizaciones y participaciones comunitarias, en las que jóvenes y familias enteras expresaron su gozo por este nuevo paso en la misión pastoral.
Durante la homilía de la ordenación, Monseñor Valenzuela, Obispo de la Diócesis de la Verapaz, resaltó las cualidades y deberes que debe tener el nuevo presbítero, tomando como referencia la figura del Buen Pastor. Señaló que un buen pastor no solo celebra la Eucaristía, sino que vive profundamente cada una de sus dimensiones. El sacerdote debe ofrecer su vida al Señor, enseñar la Palabra de Dios y no la suya propia, y además, debe salir al encuentro de las ovejas perdidas, siguiendo el mandato del Evangelio.
El Misionero Oswaldo Tiul Caal, exalumno del Centro Don Bosco, se convierte en el primer sacerdote ordenado miembro de la Comunidad de Misioneros de Cristo Buen Pastor, un grupo conformado por jóvenes indígenas de la etnia Q’eqchi’. Esta comunidad religiosa, fundada bajo la inspiración de Padre Antonio de Groot, se distingue por su humildad y compromiso con la evangelización y la formación de jóvenes líderes. La ordenación de Padre Oswaldo marca el inicio de una nueva etapa en su misión de llevar la Palabra de Dios a los más necesitados, siguiendo el ejemplo del Buen Pastor: conocer a sus ovejas, cuidar a los enfermos y ser un guía fiel en la fe.
Este evento, lleno de significado espiritual y comunitario, es un testimonio de la vitalidad de la fe en las comunidades rurales de Alta Verapaz y un motivo de esperanza para el futuro de la misión pastoral en la región.