Isidro González Fernández, Sacerdote Salesiano, desde que salió de su tierra natal, España, hasta llegar a Centroamérica cuenta su experiencia como misionero Salesiano: “Dios nos ha elegido, sin saber cómo, pero nos moldea para ponernos a su servicio.

Para 1945, en el Aspirantado, inicié los primeros estudios. Pasaron cuatro años e hice la carta de solicitud para el noviciado en Madrid: éramos 82 novicios; 66 aspirábamos al sacerdocio; rondaba fuertemente el ambiente misionero, se escuchaban las diversas experiencias vividas en tierras lejanas; los superiores quisieron formalizar el primer grupo después de la guerra para ser misioneros... yo dije que sí...veníamos siete destinados a Centroamérica.

Era 1950. Después de vivir la solemne Eucaristía de envío presidida por el Rector Mayor; nos impusieron la cruz y nos dirigimos al puerto de Génova para embarcar. Salimos un 01 de noviembre, fecha en la que se proclamaba el dogma de la Asunción de la Virgen; visitamos más de 13 puertos hasta que el 02 de diciembre llegamos a El Salvador. En cuanto llegué, al Instituto Don Rúa, en San Salvador, agradecí al Señor y en particular a María Auxiliadora por traerme con bien.

A más de 70 años, he estado permanentemente trabajando con jóvenes en diversas obras salesianas en Centroamérica. He procurado sembrar... El Señor nos ha elegido, sin saber cómo, sin merecerlo y aún en medio de las diversas situaciones de la vida, sigo diciendo "sí" para servir a quien más nos necesita".