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Los nuevos salesianos se reunieron para unificar el trabajo por las almas. Honduras, Tegucigalapa, junio 2010.- Tres días de compartir el don de la vocación salesiana fue lo que vivieron nueve salesianos jóvenes pertenecientes al grupo de “quinquenio”,

lo más reciente que la  Inspectoría centroamericana ha producido: P. Manuel Guerra (Ciudad de los Niños – Santa Ana), P. Julio Navarro (Colegio Don Bosco – Zapote), P. Manuel Gómez (CEDES Don Bosco), P. Ricardo Rodríguez (Colegio Salesiano – Masaya), P. Modesto Vásquez (Colegio Santa Cecilia – Santa Tecla), Hno. Juan Antonio Ramírez (Colegio Salesiano – Masaya), Hno. Francisco Rodríguez (Colegio Don Bosco – Guatemala), Hno. Luis Velásquez (Noviciado . Guatemala) y el P. Gabriel Romero (CEDES Don Bosco).

Reunidos en la acogedora residencia salesiana del Instituto Salesiano San Miguel y guiados por el Padre Alejandro Hernández, vicario de esta Inspectoría, pudieron disfrutar del compartir la experiencia de la misión salesiana en las comunidades en donde desarrollan su servicio pastoral como sacerdotes o coadjutores.

El primer día sirvió para exponer las experiencias que en este tiempo cada uno ha vivido. Espontáneamente fueron expresando sentimientos, vicisitudes y alcances en el trabajo que con entusiasmo realizan. Ese día sirvió, además, para organizar los momentos de oración, formación, liturgia, distracción, etc. que conforman esta reunión anual.

El segundo día de reunión, y luego de compartir un tema de formación, conocieron dos frentes de la presencia salesiana en Honduras. El primero fue el conjunto de talleres, aledaño al Instituto San Miguel y que lleva adelante el Salesiano Coadjutor Pedro Chico. En un clima de trabajo y pedagógicamente bien organizados, los talleres, con instalaciones modernas y bien equipados, son el lugar propicio para desarrollar una propuesta integral de formación a jóvenes hondureños emprendedores.

Posteriormente se trasladaron a la zona de Comayagüela donde se ubica la Parroquia Salesiana María Auxiliadora. Allí los hermanos les recibieron con alegría y deseosos de mostrar los avances tanto de la construcción del templo parroquial como de otros proyectos realizados.

Nueve salesianos jóvenes para la Inspectoría Divino Salvador. En medio de una multitud de casitas diseminadas en un terreno irregular es notable la construcción del nuevo templo parroquial. El Padre Pepe Leo se encargó de contar los detalles, contratiempos y costos de tan magna obra, orgullo de la congregación dedicada especialmente a la juventud pobre.

Posteriormente  mostró el área de Campocielo, donde se levantan talleres, salones y clínica medica, y que ha requerido de estructuras apropiadas para aprovechar al máximo todo el terreno. Finalmente, volvieron a la comunidad salesiana, donde compartieron un solemne almuerzo.

El último día del encuentro lo dedicaron  a un paseo por Valle de Ángeles y Santa Lucía. La cena típica de despedida: baleadas catrachas. Muy agradecidos se despidieron  de los salesianos que trabajan en Tegucigalpa.

A partir de la madrugada del jueves 24 comenzaron a partir rumbo a sus respectivas comunidades, todos llenos de ánimos y deseosos de entregar la vida realizando la misión salesiana.

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